En la inmensidad del espacio, una pequeña aeronave va completando su misión: reparar las estrellas que se han quedado a oscuras. En su contenedor espacial lleva cientos de ellas. Ha de llevarlas sin falta al taller del doctor luminoso.
El doctor luminoso es un eminente científico que tiene su laboratorio en una galaxia cercana. Aunque muchos dicen que es solo un científico algo chiflado, él sin embargo no ceja en su empeño en volver a dar luz a las estrellas averiadas. Y en eso está la pequeña Lucía en su aeronave espacial sorteando meteoritos y agujeros negros. Esta noche tiene como misión recuperar algunas estrellas revoltosas que corren como locas de un lado a otro, aunque algunos le llaman estrellas fugaces. Un momento, allá va una...
-¡Lucía, Lucía Martínez despierta!
-¡Eh, qué pasa seño!- contesta la pequeña.
-¿Otra vez soñando despierta?- pregunta la profesora.
-No, estaba pensando...
-¿Pensando?-le pregunta la profesora...
-En como dibujar una aeronave espacial reparadora de estrellas-responde la pequeña.
¿Y cómo reparas las estrellas?
-Se las llevo al doctor luminoso, que es un científico muy listo, y el las repara-responde con una sonrisa de oreja a oreja.
-¡Ay, esta Lucía siempre en las nubes!
Los compañeros de clase ríen sin parar, pero a buen seguro que cuando salgan al recreo se arremolinarán como siempre para que la pequeña Lucía les cuente su sueño espacial.
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