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La princesa mariposa II. The butterfly princess II.


     El olor a té inundaba la pequeña y humilde casa de la anciana. Sentada en el suelo sobre un cojín de seda blanco disfrutaba serenamente de una taza de té caliente. 
     A pesar de su aparente tranquilidad, no apartaba la mirada de la puerta, era como si presintiera la llegada de alguien. Al cabo de unos segundos, la puerta se abrió de golpe, y allí frente a ella y con los ojos inyectados de una ira fuera de lo común estaba el príncipe Hong-xiang.
-¡Me has engañado vieja estúpida!-le gritó con fuerza. Preso de la ira, empezó a destrozar todo lo que veía a su alrededor. Pero la anciana no parecía escucharle, concentrada en su taza, seguía bebiendo de su té como si aquello no fuera con ella.
-¡Nadie se burla del príncipe Hong-xiang!-le gritó acercando su rostro iracundo al de la anciana hechicera. ¿Entiendes?
      Dejó suavemente su taza en el suelo, le miró y luego se puso de pie.
-Pagarás muy caro tu atrevimiento-le amenazó con su espada.
 La anciana se rio con fuerza y luego lo miró desafiante.
-Tus amenazas no me dan miedo-dijo con voz calmada y sin síntomas de estar preocupada.
El príncipe torció el gesto en señal de desagrado, estaba visiblemente irritado ante la actitud pacificadora de la anciana. Enfadado escupió al suelo y dio una patada a la tetera de la vieja derramando todo el contenido por la habitación.
     La anciana lejos de asustarse empezó a hablar con calma y mirando a los ojos a aquel príncipe iracundo e inhumano.
-Hace muchos años cuando yo era aún joven y bella un príncipe le prometió a mi padre que me tomaría por esposa y me convertiría en la mujer más feliz de todo su reino. Mi padre que era el rey de la ciudad olvidada, creyendo en su palabra accedió, y aquel príncipe se casó conmigo.
Tuvimos un hijo, pero aquel desdichado y su madre me lo arrebataron y me expulsaron del reino como si de una ladrona se tratara. Luego se inventaron mil mentiras y le declararon la guerra a mi padre y aniquilaron la ciudad entera. Nunca supe que había sido de aquel niño, mi pequeño Shaomin, hasta que un buen día una vieja anciana del lugar me contó un secreto. Ella era una famosa hechicera, le habían encargado matar a mi hijo, pero se compadeció de él. De manera que, para salvar la vida de aquel niño hizo un hechizo del que una vez había oído hablar y decidió probar suerte, así que lo transformó en uno de los seres más bellos de la creación, y lo envió al mundo de unas mariposas muy especiales. Me juró que mi hijo ahora reinaba en aquel mundo y que era feliz. Yo le pedí que me enseñara sus artes y así poder vengarme de la descendencia de aquel príncipe. Entonces apareciste tú, Hong-xiang, hijo de Shaozú aquel príncipe, tan ambicioso como él y vi en ello mi oportunidad.
 -¡Maldita embustera!-contestó él abofeteándola. Todo eso son fantasías de una vieja loca cómo tú. Dime dónde has escondido al niño y salvarás tu vida.
-Eres muy valiente enfrentándote a una simple anciana-se burló la hechicera. Pero eso no te valdrá para librarte de tu destino de segundón. Jamás llegarás a reinar, jamás- y se echó a reír con todas sus fuerzas.
-Eso ya lo veremos, maldita vieja-le respondió mientras hundía una daga en su corazón.
     Una luz cegadora invadió la estancia, y luego se atenuó hasta descubrir a la anciana en el suelo con una sonrisa burlona en su rostro. 
     Al mirarla, el príncipe Hong-xiang le lanzó una patada al mismo tiempo que murmuraba entre dientes.
-Vieja estúpida, ahora de nada te sirve tu magia.
     Antes de girarse para abandonar la estancia el cuerpo de la anciana se deshizo en cientos de mariposas de todos los colores que salieron por la ventana ante la mirada atónita de aquel estúpido príncipe.
-¡Maldita seas vieja bruja!-exclamó enfadado.


Miró a su alrededor y luego se marchó en dirección a palacio.

Continuará...

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