Ir al contenido principal

Festival de la canción en el bosque


    En el bosque todos los animales andan revolucionados ensayando y componiendo canciones. Se ha convocado el Gran Festival de la canción
El año pasado ganó Narciso, el ruiseñor, con una espectacular balada de gorgoritos y quiere revalidar de nuevo su título. Para mí que se ve ganador. Aunque está el grupo "La alegre zumba" que son siete abejas bailarinas que cantan y bailan un ritmo alegre y desenfadado que causa furor entre los más jóvenes; y por que no decirlo, también entre los más mayores. 
   Entre los participantes de este año también está la araña Hermenegilda que después del fiasco del año pasado quiere resarcirse del espantoso ridículo. Le acompaña Ramón, un mono algo chillón y gamberro que no para de meter las narices en todos los ensayos. Por lo que Natacha, la cucaracha, presidenta del Festival ya ha avisado a Hermenegilda de que no admitirá trampa ni cartón.
   Mañana será el último día de ensayo, el jurado ha ido descartando a algunos de los participantes. El saltamontes Romualdo, desafinaba como un gato al que le hubieran pisado la cola; con perdón de Dionisio, el gato pardo que maulla dulce y suavemente una romántica balada.
    Narciso, anda nervioso ensayando hasta el último detalle. Hermenegilda, la araña, se acerca para animarle y de paso "mostrarle su apoyo incondicional y su admiración".
-¡Qué maravilloso trino!-le piropea.
-Gracias, Hermenegilda tú tampoco lo haces mal-responde agradecido.
-Si no fuera muy evidente tu nerviosismo seguro revalidarías tu triunfo.
-¿Tanto se me nota?-pregunta Narciso muy preocupado.
-Bah, no tienes que preocuparte-le dice Hermenegilda sacando una pócima misteriosa de su bolsillo-Toma esto antes de la actuación y veras como estarás más tranquilo. 
-Oh gracias, muchas gracias.



 Hermenegilda ha ido saludando y dando consejos a los participantes. Salvo a Clara la Chicharra, que como es algo dormilona se ha perdido los ensayos.
   Al día siguiente, empiezan las actuaciones. El presentador, Ricardo el Búho, da paso a todos los participantes.
-¡Con todos ustedes, Romualdo nuestro saltamontes más rockero!
 Los señores del jurado se tapan los oídos ante tal estruendo, aquello parece una caja de truenos. Suenan los abucheos y el público lanza toda suerte de bayas y semillas al escenario.
  La expectación va creciendo, tras Romualdo, canta Dionisio que desafina cosa fina. Le siguen  "La alegre zumba" que se mueven como si fueran las alegres zombies, nada que ver con el ensayo anterior. La expectación es máxima, llega Narciso, tras beber su brebaje no puede emitir sus alegres gorgoritos y, claro está, todos son pitos. ¡Oh, qué fiasco!
   Hermegilda afina su garganta, pero su actuación es tan mala que espanta. Y con cara de resignación el jurado admite a la chicharra que es la única que afina, pero es muy mala la canción. Solo queda Julito, el pequeño pollito. Es muy vergonzoso y en los ensayos no le salía la voz.  Hermenegilda se ve triunfadora de la noche. Más no cuenta que el pollito entona su dulce e infantil pío, pío, y al público se lo mete en el bolsillo. Y así con fastidio de mal perdedora la araña llora y llora. Ni con trampas se lleva el premio esta araña embaucadora.
    
Imágenes: Pixabay-Free Images

Comentarios

Entradas populares de este blog

La contadora de estrellas🚀

      Llega la hora de dormir y la pequeña Clara se resiste a que la dejen sola en su cuarto. Su madre para convencerla de que no debe tener miedo, abre la puerta del armario y la anima a asomarse. -Ves, aquí no hay nada a lo que temer hija, solo tu ropa. -¿Seguro mami?- pregunta mientras mira con recelo el interior de su armario.  A continuación, su madre se agacha y la invita a hacer lo mismo para mirar juntas bajo la cama. -Aquí tampoco, solo está la pieza del puzzle que estabas buscando esta tarde. -Oooh vaya, gracias mami.   Aún así, Clara no quiere quedarse a oscuras sola en su cuarto y no quiere admitir que tiene miedo. Le pide a su madre que le deje encendida la luz para ver los dibujos de su cuento favorito. Su madre sonríe y al final se queda un ratito a contarle una bonita historia de un niño que tenía como misión contar estrellas todas las noches. Al final, Clara cae rendida y se duerme apaciblemente.    Al día siguiente, al volver del cole se encuentra

Pixie y Dixie, mis ratones favoritos

    Hoy os voy a enseñar uno de mis dibujos animados favoritos de cuando era niña. Me encantaban los ratoncillos Pixie y Dixie, siempre haciéndole trastadas al gato Jinks, que tampoco dejaba de hacer de las suyas para cazar a los "malditos roedores" como el los llamaba.   Me gustaba el doblaje de los personajes animados, a Pixie le pusieron  acento mexicano y a Dixie acento cubano   ( eran mis favoritos y creo que de todos los niños de entonces) y el acento andaluz del gato Jinks (al menos así era aquí en España, en otros países no tengo ni idea).  Eso sí, cuando algo les pasaba a estos pequeños roedores, el gato Jinks se apiadaba de ellos, pero sin dejar de lado su instinto de gato que como ya sabéis siempre tiene como enemigo natural a un ratón- en este caso son dos- y entonces vuelta a la batalla. Al final, lo que se imponía era una convivencia entre estos tres seres que nos deparaban muy divertidas aventuras.  

El hada Sybilla y su viaje al mundo real (1ª parte)

   Quiso la casualidad, o quizás fuese el destino, que un hada del reino de “Fantasía” cansada de vivir encerrada en el mundo imaginario decidiese emprender la aventura más arriesgada que ocurrírsele pudiera a un hada; traspasar los límites del mundo imaginario para conocer el mundo real. Nique, la reina de las hadas, intentó persuadirla, pero Sybilla –que así se llamaba-tenía curiosidad por conocer qué había más allá de su mundo, conocer otros seres, sus formas de pensar, de vivir y el mundo que les rodea. Tomó su corcel blanco y con la ayuda de su amigo el halcón dorado emprendió el viaje hacia el mundo real.      Cruzó valles, ríos, y montañas buscando a alguien que le dijese cómo llegar hasta ese mundo que tanto ansiaba conocer. Preguntó a elfos, gnomos y a otras hadas que iba encontrando a su paso; más ninguno de ellos supo darle cuenta del paradero de ese misterioso y desconocido mundo, pero todos sin excepción se atrevían a advertirla de sus innumerables peligros de