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Mostrando entradas de 2013

Llevando las ovejas al Portal..

Melchorcete ¡Hola amigos, aquí estoy de nuevo! Os cuento: mi tío me envío hace unos días a recoger un rebaño de lindas ovejitas para llevarlas al Portal de Belén; así que, yo ni corto ni perezoso me fui en busca de un hermoso rebaño. Fotografía de Boris Frkovic Me encontré con este hermoso rebaño que se mostró muy contento de venir conmigo, pero cosas que pasan, la ovejita lucera-que está algo mayor-se puso enferma y me la tuve que llevar al veterinario. Al mando del rebaño se pusieron las dos sargentas: la ovejita revoltosa y la ovejita blanquita. Y claro, no os imagináis el lío que formaron... Blanquita: ¡Vamos chicas seguidme en fila de una ! Revoltosa: ¿Y por qué siempre tienes que mandar tú? Blanquita: Porque soy mayor que tú. Revoltosa: Eso no es un motivo para que vayas tu la primera...¡mandona! Luna: ¡Hey no me empujes! Blanquita: ¡Chicas, chicas calmaos! Unas horas más tarde.... Blanquita:  ¡Ups, creo que nos hemos perdido! Revolto

El hada Sybilla y su viaje al mundo real. Final

   Los aldeanos se esfuerzan en su afán por liberar a Sybilla. Nasteala intenta evitarlo usando su magia, pero alguien bloquea su ataque, al girarse se muestra confundida. Solo esperaba enfrentarse a Nique, pero ante ella están Daiene y Xochitl escoltando a Nique que la observa fijamente. -¡Vaya si tenemos visita!- comenta en tono irónico y con cara de fastidio.  -Ya ves, nos enteramos que dabas una fiesta y nos dijimos ¿por qué no vamos?- le responde Xochitl devolviéndola el sarcasmo.  Nasteala hace un rápido examen de la situación, está en desventaja y Sybilla está ya libre junto a Daniel y Adriana. Observa la plaza, unos huyen despavoridos a sus casas buscando refugio; otros, los más osados plantan cara a sus atacantes.  El alcalde ha sido capturado por un zombie, para asombro de Nasteala. -¡Suéltalo!- le ordena. ¡Pero serás idiota!- Grita con enojo al zombie que la mira con aire burlón. Es Bob, que acaba de capturarlo y lo ata para sorpresa de sus otros compiches, los zo

El hada Sybilla y su viaje al mundo real VI parte

  La mañana amanece enmarañada, las nubes plomizas parecen amenazar lluvia, a pesar de ello hace calor, un calor pegajoso.   No muy lejos de allí, seres de luz acaban de entrar a través del portal abierto por Xochitl, ahora combaten con las oscuras y espeluznantes criaturas del Abismo Insondable. El ejército reunido por Nique es mucho más fuerte y la balanza se va inclinando al lado de Nique, al menos de momento.     Al llegar a la plaza del pueblo, Clyssa y los demás acompañantes se quedan sorprendidos. Han preparado una hoguera y las gentes del pueblo se arremolinan para ver qué sucede. -¡Vecinos todos!- Grita el alcalde desde el cadalso. -¿Qué ocurre?- pregunta una anciana que apoyada en su bastón intenta a duras penas abrirse camino entre la concurrencia. -No lo sabemos -contesta el mesonero- debe ser que han cogido a los culpables de tanto destrozo. -¡Os hemos reunido aquí para hacer justicia!- prosigue el alcalde. Mientras tanto, Daniel y su hermana se abren paso e

El hada Sybilla y su viaje al mundo real V

    Clyssa sale al exterior y cuando piensa que por fin está a salvo de todo peligro, observa a un grupo de individuos sembrando el caos en toda la villa. Se trata de un grupo de zombis, comandados por un siniestro personaje gordinflón cargado con cadenas de oro, que van saqueando todos los negocios que encuentran a su paso. La mala suerte parece el signo de Clyssa al ser descubierta por tan siniestro personaje. -¡Capturar a esa brillante y menuda criatura!- grita enfurecido. La reina Nasteala nos dará una buena recompensa por ella.  Salen en bandada hacia ella, como perros rabiosos en pos de su presa. Clyssa intenta huir lo más rápido posible. Un zombi canijo, de pelo rubio y ojos saltones la atrapa. A pesar de su aspecto horrendo, hay algo diferente en él. Clyssa le mira con cara de pena y el canijo se queda embobado. Ella le guiña el ojo en un último gesto de ganarse la simpatía de su captor, y éste esboza una sonrisa bobalicona. Se acerca un compañero de grupo con cara d

El hada Sybilla y su viaje al mundo real IV

  Un ejército de criaturas oscuras y monstruosas va tomando cada rincón de la villa, las gentes del lugar huyen despavoridas, cada vez son más numerosos, se van multiplicando como una plaga de ratas. Algunos humanos insensatos intentan hacerles frente, pero nada pueden hacer por parar la invasión. El resto de la población está encerrado en sus casas, parapetados y aterrados ante tan espectral visión.    En la rebotica de la plaza mayor, tres individuos esperan impacientes una importante visita . Se hace esperar, pero ya está ahí ante ellos. Una mujer elegantemente vestida de negro aparece ahora en la puerta del despacho dónde los tres sujetos esperan con impaciencia. Es joven, su melena larga de color azabache contrasta con su piel blanca y suave como la porcelana. Su mirada es tan inquietante como terrorífica, sus negros ojos parecen pozos abismales, oscuros e inquietantes, pero hay algo en su mirada que revela al mismo tiempo una contradictoria tristeza. Mira por encima

El hada Sybilla y su viaje al mundo real III parte.

    Daniel va a buscar a su hermana, la encuentra con la joven dama en la fuente de la plaza mayor. Sybilla está limpiando de barro la cara y las manos de Adriana. Adriana intenta hablar, pero no lo consigue. Sus ojos se llenan de lágrimas de agradecimiento y en un gesto impulsivo se abraza a Sybilla con todas sus fuerzas. Al hacerlo, Sybilla siente un cariño inmenso por la niña, Clyssa le hace un gesto a Sybilla para comunicarle que Adriana no puede hablar. En ese instante aparece Daniel. -¡Gracias al cielo que te encuentro!- exclama Daniel mientras lanza un suspiro de alivio. Al verla en tal estado, se echa las manos a la cabeza. -¿Pero quién te ha hecho eso? - Han sido sus compañeros de colegio, pero no te preocupes la maestra de Adriana ha impuesto un severo castigo a los autores de semejante burla- contesta Sybilla sin dejar de limpiar el vestido de Adriana. -Perdón, creo que no me he presentado. Mi nombre es Daniel y soy el hermano de Adriana. - Mi nombre es Sybilla, enc

El hada Sybilla y su viaje al mundo real II

  Está feliz, pero su corcel blanco está inquieto. Se va internando en el bosque disfrutando de la hermosura de la naturaleza. Algo se mueve en la espesura del bosque, algo que parece vigilarla con mucha atención. Se pone en guardia, y sigilosamente avanza. De repente, siente como si algo se moviera con rapidez a su espalda. Se gira bruscamente y descubre algo que no esperaba. -¿Por qué me sigues?- le pregunta con tono de fastidio. -Me envía Nique, la reina de las hadas- contesta la Pixie, mientras aletea feliz hacia Sybilla. Debo advertirte que Nasteala, la Reina del Abismo Insondable, ha enviado uno de sus esbirros para seguir tus huellas y quién sabe con qué oscuras intenciones.    Sybilla se queda pensativa, intenta no mostrar miedo pero es imposible no tenerlo. Nasteala es la mayor enemiga de todas las hadas de Fantasía, y hace tiempo que juró vengarse de Nique, su hermana. Hubo un tiempo en que Nasteala fue hada, la más hermosa y poderosa de todas. Conoció a un joven ap

El hada Sybilla y su viaje al mundo real (1ª parte)

   Quiso la casualidad, o quizás fuese el destino, que un hada del reino de “Fantasía” cansada de vivir encerrada en el mundo imaginario decidiese emprender la aventura más arriesgada que ocurrírsele pudiera a un hada; traspasar los límites del mundo imaginario para conocer el mundo real. Nique, la reina de las hadas, intentó persuadirla, pero Sybilla –que así se llamaba-tenía curiosidad por conocer qué había más allá de su mundo, conocer otros seres, sus formas de pensar, de vivir y el mundo que les rodea. Tomó su corcel blanco y con la ayuda de su amigo el halcón dorado emprendió el viaje hacia el mundo real.      Cruzó valles, ríos, y montañas buscando a alguien que le dijese cómo llegar hasta ese mundo que tanto ansiaba conocer. Preguntó a elfos, gnomos y a otras hadas que iba encontrando a su paso; más ninguno de ellos supo darle cuenta del paradero de ese misterioso y desconocido mundo, pero todos sin excepción se atrevían a advertirla de sus innumerables peligros de