Ir al contenido principal

La contadora de estrellas🚀



Niña contando estrellas
     Llega la hora de dormir y la pequeña Clara se resiste a que la dejen sola en su cuarto. Su madre para convencerla de que no debe tener miedo, abre la puerta del armario y la anima a asomarse.
-Ves, aquí no hay nada a lo que temer hija, solo tu ropa.
-¿Seguro mami?- pregunta mientras mira con recelo el interior de su armario.
 A continuación, su madre se agacha y la invita a hacer lo mismo para mirar juntas bajo la cama.
-Aquí tampoco, solo está la pieza del puzzle que estabas buscando esta tarde.
-Oooh vaya, gracias mami.
  Aún así, Clara no quiere quedarse a oscuras sola en su cuarto y no quiere admitir que tiene miedo. Le pide a su madre que le deje encendida la luz para ver los dibujos de su cuento favorito. Su madre sonríe y al final se queda un ratito a contarle una bonita historia de un niño que tenía como misión contar estrellas todas las noches. Al final, Clara cae rendida y se duerme apaciblemente.
   Al día siguiente, al volver del cole se encuentra con una sorpresa, su padre ha decorado el techo con estrellas que brillan en la oscuridad, y también ha colocado una hermosa luna.
- Ahora podrás contar todas las noches las estrellas como el niño contador de estrellas.
- ¡Qué bien papi, ahora yo seré la contadora de estrellas!
 El invento solo funciona los dos primeros días, al tercer día, Clara sigue en sus trece de no querer quedarse a oscuras. 
   Mientras desayuna al padre de Clara se le acaba de ocurrir una idea. Esa misma tarde, cuando salga del trabajo, irá a comprarle un regalo que seguro le hará mucha ilusión. Todo hay que admitirlo, en el fondo a él también le hace ilusión el regalo y compartir su afición con su hija.
  Cuando llega la noche, Clara se resiste a ir a su cuarto. Tiene miedo a la oscuridad. Su padre la coge de la mano y la lleva a su cuarto. Justo delante de la ventana hay un telescopio. Clara abre sus ojitos entusiasmada y corre a mirar por el telescopio. Su padre apaga la luz y los dos contemplan el cielo estrellado. Clara empieza a contar estrellas.
-¡Papi hay miles de estrellas!

Clara viendo las estrellas
-Sí hija, hay miles de estrellas y algunas no se pueden ver a simple vista. Para verlas está el telescopio. Y también podrás ver algún que otro planeta.
- ¿Papi, les puedo poner nombre a las estrellas?
   Su padre sonríe y deja a Clara que cuente las estrellas y les vaya poniendo nombre, ahora parece feliz y no tiene temor a la oscuridad.
-Sabes papi, cuando sea mayor seré astrónoma y descubriré nuevas estrellas o planetas y les pondré nombre. 
-¿Ya no te da miedo estar a oscuras?
- No papi, no estoy a oscuras veo la luz de mis amigas las estrellas.
- Vaya eso si que es bonito.
  Clara tiene sueño, da las buenas noches a su padre y se abraza feliz a su osito de peluche...¡Hasta mañana Clara!
      

Comentarios

Entradas populares de este blog

El fantasma de los ojos azules

  Esto son un inglés, un francés y un español. Llega el inglés a un hotel, cansado de buscar por toda la ciudad habitación en la que alojarse.  - Buenas noches  Â¿tienen ustedes habitación libre please? - Claro que sí caballero, precisamente nos queda una libre en la primera planta. - ¡Oh very good! me la quedo. - Pero hay un inconveniente que debe usted saber. -¿Cuál es? - Que en esa habitación a las doce de la noche suele hacer aparición el fantasma de los ojos azules. - Jajaj a jaja  fantasmas a mí, pero si los fantasmas no existen my friend. - Pues tenga usted la llave de su habitación, es la número 27. - Ok.    Sube el inglés a la habitación y después de una relajante ducha se coloca su pijama y se pone a dormir plácidamente.     A las doce suenan las campanas de la cercana catedral...dong, dong ... así hasta doce campanadas. De repente suena la puerta ñegggg. Y oye una voz fantasmagórica. - ¡Sooooy el fantaasmaa de los ooojos azuuuuules! ...

Pixie y Dixie, mis ratones favoritos

    Hoy os voy a enseñar uno de mis dibujos animados favoritos de cuando era niña. Me encantaban los ratoncillos Pixie y Dixie, siempre haciéndole trastadas al gato Jinks, que tampoco dejaba de hacer de las suyas para cazar a los "malditos roedores" como el los llamaba.   Me gustaba el doblaje de los personajes animados, a Pixie le pusieron  acento mexicano y a Dixie acento cubano   ( eran mis favoritos y creo que de todos los niños de entonces) y el acento andaluz del gato Jinks (al menos así era aquí en España, en otros países no tengo ni idea).  Eso sí, cuando algo les pasaba a estos pequeños roedores, el gato Jinks se apiadaba de ellos, pero sin dejar de lado su instinto de gato que como ya sabéis siempre tiene como enemigo natural a un ratón- en este caso son dos- y entonces vuelta a la batalla. Al final, lo que se imponía era una convivencia entre estos tres seres que nos deparaban muy divertidas aventuras.