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Las aventuras de la bruja Melisa. Aventura en China.

Abanico chino con la cara de cuatro pelos
dibujado por Jesús Barrado López


  Melisa y Silvestre están muy contentos por lo bien que funciona su máquina del tiempo. Han decidido que antes de cenar emprenderán otra nueva aventura, esta vez en la China o en cualquier otro lugar.
   Melisa le ha comentado a Silvestre si puede llevar al viaje algún invitado. Silvestre ha accedido  quiere presumir de inventor, así que  está limpiando un poco el maravilloso tractor. Melisa ha elegido como invitada a su amiga Miranda, aquella que le gustaba estrenar cada día una nueva bufanda.  También se ha apuntado al viaje el búho Ricardo, que quiere comprobar si la máquina funciona y a la China viajar. 
  Cuatro pelos " el fisgón" está espiando, y no puede evitar que le pique la curiosidad. Así que ha decidido que el también quiere viajar. Para ello ha ideado ocultarse antes de que los niños se reunan en el jardín, y acaba de taparse con una manta negra otra vez en el maletero de atrás.
  Acaba de llegar Miranda, que espera con entusiasmo poder viajar a China sin tener que pagar y comprobar si todo lo que cuentan es mentira o realidad.
   Ya están todos reunidos, y el ratón Melitón acaba de programar el superordenador.
-¡Qué chulo viajar a la China! dice Silvestre.
-¿Será verdad que allí hay muchos ordenadores? se pregunta Melitón 
-¿Habrán dragones encantados como en los dibujos de Mulán? se pregunta Melisa entusiasmada con la idea de conocer a algún ser extraordinario.
  De repente...¡paf! llegaron a China, pero no la actual como pensaban en un primer momento. Y es que Melitón tratando de huir de un gato, no ha estado muy atento. Ha programado sin querer la época de la China Imperial, concretamente la de la dinastía Yuan.
  Al bajar del tractor se han percatado que los ha visto aparecer un joven agricultor, que de la impresión del momento se ha quedado estupefacto. Se le ha quedado la cara muy blanca, y de repente se ha puesto a correr como si hubiese visto un fantasma.
   Los niños han decidido explorar la zona y han divisado de lejos un hermoso palacio. Y se han decidido visitarlo. Por el camino atraviesan un enorme campo de arroz y a Silvestre le ha venido a la mente un chiste.
 ¿Sabéis por qué los chinos tienen los ojos rasgados? 
-¡Que cosas tienes pues porque nacieron así! exclama Melisa
-Pues no, tienen así los ojos porque siempre comen arroz, y cuando les ponen el plato de arroz en la mesa se llevan las manos a la cara y se estiran un poco de los ojos diciendo ¡nooo otla vez aloz nooo!
-¡Qué chiste más malooooo! exclaman todos a la vez
 De repente oyen a alguien decir algo. Es cuatro pelos que viene tras ellos.
-Yo me sé uno chicos ¿Cómo se llaman los ministros chinos de agua, luz y de economía?
-Pues no lo sé- comenta arrascándose la cabeza Silvestre-
-Pues Chin-lú, Chin-agua y Chin-ná..jajajajaja 
  -¡Sigue siendo malooo jajajaja- comenta divertido Melitón.
 Entre chistes y risas nuestros amigos han llegado cerca de la ciudad. Según les ha contado cuatro pelos le llaman la ciudad prohibida, porque nadie entra ni sale sin permiso del Emperador. 
-¿Cómo sabes eso? le preguntan los niños.
Cuatro pelos les confiesa que fue durante algún tiempo profesor de Historia en un Instituto, pero no ha querido contar más, se ha quedado triste, y a los niños les ha dado curiosidad.
  En las puertas de la ciudad prohibida se han encontrado con un joven italiano y de la impresión del momento cuatro pelos se ha desmayado. Les ha dicho que se trata de Marco Polo y han decidido pedirle que les cuele en palacio, ya que el es del aprecio del emperador y así podrán curiosear mejor.
Cómo Miranda sabe italiano ha sido la que se lo ha pedido, ya que su abuela es italiana nacida en Torino. 
 Marco Polo a invitado a nuestros amigos para visitar la ciudad prohibida. Han visitado los templos y algunas estancias del palacio Imperial. E incluso han conocido a una princesa que pronto la quieren casar. Ella no quiere casarse, pues el pretendiente es un príncipe hindú muy viejo y de mal carácter, y ella está enamorada de un arquero joven y valiente.
  El emperador les ha invitado a la recepción del príncipe hindú, que trae muchos regalos para la princesa Yut-sú. Ha traído especias, oro, diamante, marfil y muchos elefantes. 
  Los niños y cuatro pelos están sorprendidos con tanto regalo suntuoso, por si acaso Melitón se ha escondido en la bufanda de Miranda no vaya a ser que alguien lo confunda con una vulgar rata. 
  A la recepción el príncipe hindú ha llegado con un gran turbante y hermoso plumero, y al pasar al lado de cuatro pelos le ha dado en la nariz, y cuatro pelos el estornudo no ha podido reprimir. Es alérgico a las plumas de pavo real, y de tal estornudo un cabezazo contra un valioso jarrón se acaba de dar. Del susto y la impresión el príncipe hindú ha dado un respingo y acaba de romper cuatro jarrones o cinco. Al romperse los jarrones que el príncipe había traído se ha descubierto cinco espías escondidos, y el emperador furioso los ha detenido. El príncipe ha salido huyendo y de la ciudad ha salido corriendo.
  El Emperador les ha premiado con un bonito regalo, una estatuilla de oro para cada uno. Y una fiesta por todo lo alto. Y a cuatro pelos le han felicitado. 
  Se hace tarde y nuestros amigos tienen que volver, así que les escoltan un pequeño ejército. Pero a mitad de camino un gran ejército les ha sorprendido. Se trata del ejército del príncipe hindú que clama venganza. Nuestros amigos huyen corriendo y a Melisa se le ha ocurrido realizar un encantamiento.
- Salamanchí, salamanchino que aparezca un globo chino.
¡Zas! ha salido un inmenso abanico con la imagen china de cuatro pelos. De momento, les sirve de escudo contra las flechas de los arqueros.
-¡Prueba otro Melisa! grita cuatro pelos temeroso
- ¡Salamasí, salamasino que aparezca esta vez un gran globo chino!
 ¡Wow apareció al fin! todos contentos suben al globo, se ha subido incluso el gran Marco Polo. Y desde arriba no lo pueden creer la muralla china acaban de ver. Melisa ha sacado su cámara de fotos y ha hecho miles de fotos. Los arqueros han intentado pinchar el globo, pero cuatro pelos usando un espejo los ha deslumbrado y así todos han fallado.
  Han llegado hasta el lugar dónde está la máquina del tiempo, y de Marco Polo se han despedido. Se han hecho una foto y han ganado un buen amigo. Melitón acaba de programar la vuelta para antes de la cena.
  Ya de vuelta a casa todos se han felicitado, pero al ver la estatuilla de oro todos han preguntado .
-¿ Y de dónde decimos que las hemos sacado?
- Sin problemas chicos, decid que vuestro vecino os la ha regalado por haberme ayudado a arreglar el tejado.
  Los niños ya contentos le han dado dos besos a cuatro pelos "el fisgón" que hoy se ha comportado como un campeón.

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