Ayer no se presentó el director, y en su lugar apareció una nueva directora de improviso, sin que nadie lo comunicara ni diera ningún aviso. La jefa de estudios, Doña Asunción, se ha extrañado de que nadie la haya comunicado nada de esta nueva dirección. Ni siquiera el anterior director, Don Roberto, que lo único que le dijo fue que esa tarde se iba a a ver un concierto. Desde ese día nadie sabe nada de su paradero, mira que no despedirse de sus compañeros, menudo majadero. Piensa Doña Asunción, que algo pensativa se sienta en su sillón.
Doña Rosalía, que así dice llamarse, es alta y delgada y con cara de mala. Siempre lleva a todas partes a su gato negro, que está gordo como una bola, le encanta comer atún y queso a todas horas.
Ayer por la tarde, la directora se empeñó en poner deberes a todos los niños, para que no salieran de sus casas en toda la tarde y programó para hoy jueves, tres exámenes y un partido de fútbol para los más peques, pero con ella de árbitro y no para de mandar y mandar ...eso a los demás profesores les está empezando a molestar. Ha sido ella la que ha puesto el examen de Matemáticas, y a Don Matías no le ha hecho ninguna gracia, pero no se conformó con eso que también ha puesto el examen de Geografía para asombro de la profesora Lucía.
Cuando dos profesores se paran a hablar ahí llega la directora cual vieja del visillo, para chismorrear todo lo que se comenta en cualquier rinconcillo. Y esto ya es la gota que colma el vaso, así que algo hay que hacer para salir del paso.
Melisa ha pensado que entre los deberes y los exámenes de esta semana no podrán viajar en el tiempo, y esto le huele mal, y habrá que hacer algún invento, que les permita distraer a esta directora tormento.
Al profesor Piedrahita la cara de esta vieja cotilla le suena familiar, pero ahora no se logra acordar. Parece que a él, especialmente se la tiene jurada pues no le deja hacer nada de nada.
Los chicos intentaron espiarla, pero el chivato del gato al maullar conseguía avisarla. Así que Melisa le ha encomendado esta tarea a Melitón, y para salvarle del gato se le ha ocurrido que todos lleven bocadillo de atún y de queso de bola, así el gato estará de mochila en mochila disfrutando de una buena merendola.
Silvestre ha pensado que como los exámenes los harán en el aula en la que está la pizarra digital, podían utilizarla para proyectar las respuestas de forma que la directora no se de cuenta. Y a Melisa se le ha ocurrido que para ello hará una poción a base de hierbaluisa, valeriana, tila, rosa, azahar y extracto de pimiento de la noche de San Juan, para que cuando lo pruebe en el café a la hora del recreo le haga efecto y se adormezca a cada momento y los deje un poco en paz.
Son las nueve de la mañana y Melisa tiene la pócima y ha recitado unas palabras mágicas a modo de hechizo:
-¡ masamelá, masamelí, masameliendo que Doña Rosalía se pase la mañana durmiendo!
Antes de entrar a clase le entrega el frasquito a Rosalinda, la chica de la cantina del Instituto para que cuando la directora le pida el café lo vierta en la taza con mucho disimulo. Y por si esto fallara ha preparado un tarrito con polvos de pimienta para echarlo en clase sin que la directora se de cuenta.
La directora en la hora del recreo como de costumbre se toma su café con una magdalena, y no nota el cambio y dice que hoy están especiales las magdalenas. Al terminar se encuentra algo rara, está muy feliz y algo adormilada.
-¡Bien chicos empecemos el examen!
Doña Rosalía se nota algo de picor en la nariz y no sabe porqué pero a todo dice que sí.
-¿Doña Rosalía nos puede quitar cinco problemas? pregunta Roberto que cada día es más lento.
- Sí
-¿Doña Rosalía podemos usar calculadora? pregunta Silvestre
- Si
-¿Doña Rosalía podemos dejar el examen para la semana que viene? pregunta Melisa partiéndose de risa.
-Sí. Contesta sorprendida de su propia respuesta, pues acaba de ceder en contra de su voluntad manifiesta.
Mientras Melitón descubre que Doña Rosalía es otra señora, y se lleva el carnet hasta el despacho de Doña Aurora. Doña Aurora, avisa a Doña Asunción para llamar a la Consejería y que les aclaren la situación.
Los chicos convencen a Doña Rosalía para que empiece el partido de los peques, así descansan de tantos deberes.
Es gracioso ver a Doña Rosalía de árbitro, con su falda de flores y su jersey fucsia, y a cada rato durmiendo es para partirse de risa, pues no se entera ni un pimiento. Empieza el partido y los mellizos Roberto y Lucas demuestran su destreza marcando goles y regateando con salero, y así están demostrando ser dos grandes delanteros. Pero Doña Rosalía es algo lenta y pava, no hace más que estorbar el juego y así no disfrutan nada. Melisa y los chicos suben a clase para que no los sorprenda de risa desternillarse. Entre regate y regate, de un centro chut, el gemelo Lucas con su buena puntería acaba de retirarle a la directora su tan discreta peluca. Y Doña Rosalía se queda pasmada, cuando en el campo y sin peluca se queda como una pava sin hacer nada.
Desde la ventana de clase Melisa, los chicos y el profesor Matías no paran de llorar, pero llorar de risa. Y desde la puerta el profesor Piedrahita contempla con incredulidad que la directora no es otra que su cuñada Trinidad. Vaya sorpresa de ha dado, ahora comprende que les haya dado tanto trabajo, si es la mujer de Malcoco que lo tenían todo bien planeado.
Por la puerta sale Doña Asunción y otros profesores que se parten de risa ante tan ridícula visión. La rodean todos para que no escape pues es una impostora y además secuestradora.
-¡Díganos inmediatamente donde está el director!
-Si
-¡Venga vieja arpía que no tenemos todo el día! le increpa el profesor Piedrahita.
-Está amarrado en su sillón bajo los efectos de una medicación para el sueño, que dura 48 horas por lo menos.
A los pocos minutos llega la policía que detienen a la impostora y ahora toca liberar al director. Cuando llegan a casa del director, lo hallan amarrado y bien dormido en su sillón, a su mujer la encuentran sentada y amarrada en la mesa camilla ante una taza de té. Cuando despiertan no recuerdan nada solo que aún tienen sueño, así que los dejan descansar hasta mañana.
Alex: me gustan tus cuentos ....la próxima aventura ¿por qué no en Argentina?
ResponderEliminarHola Alex, me alegro mucho de que te gusten mis cuentos. Para la próxima aventura lo tendré en cuenta, igual sucede en Argentina....mira me acabas de dar una idea.
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