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Las aventuras de la bruja Melisa. Una aventura en Argentina

   

   Después de unos días agotadores entre deberes y exámenes impuestos por la directora impostora, Melisa no puede dormir y tiene sueño a todas horas. Melitón esta noche le ha preparado una infusión de tila y valeriana para que duerma bien hasta mañana. Después de tomarla a Melisa le da sueño y al cabo de dos segundos se queda durmiendo como un leño.
      Por la mañana se levanta relajada, la infusión de Melitón ha sido toda una pasada. Ha soñado esta noche con bonitos paisajes de campos con hermosas flores y está contenta por eso se va alegre y feliz como una lombriz.
      En clase de religión está poco atenta, pues a Miranda su sueño comenta. La profesora de Religión, Doña Inocencia Pintado, cansada de la charla la atención les ha llamado.
  Durante el recreo, el móvil de Melisa empieza a sonar, es Cuatropelos que la quiere avisar. Parece ser que su tía Elvira y su primo se encuentra en la Pampa y les ha dicho que se encuentran en serio peligro. Melisa avisa al profesor Piedrahita de la angustiosa llamada y el profesor les dice que no se preocupen que lo preparará todo para esta tarde viajar a la Pampa.
    Es la hora acordada y Melisa está algo preocupada y espera que a su tía y su primo no les haya ocurrido nada. Cuatropelos también está preocupado y espera que su mujer y su hijo se encuentren a salvo.
   Llegan justo a la Pampa argentina, aterrizando en mitad de un inmenso llano y a lo lejos divisan a unos hombres conduciendo ganado. Se acercan a ellos y comprueban que se trata de unos ganaderos que allí se les llama gauchos. Ellos les comentan que no es seguro andar por esas tierras, pues últimamente hay muchos secuestros a cargo de una banda de ladrones de ganado.
- ¿ Hay alguna granja cercana? pregunta Melisa
-Si, hay una la finca  cercana la del Alacrán.
     Los gauchos les miran un poco extrañados pues son un grupo algo raro, unos chicos, dos adultos y un ratón que habla y para colmo un búho que también habla. 
-¡Estos gallegos son bien raros!
-Perdone no somos gallegos, somos españoles pero vivimos en Murcia, no en Galicia. Responde Melisa.
- Melisa, los argentinos nos llaman gallegos a todos los españoles. Responde Melitón.
- Pues que raros son ellos, pues ni que España fuera solo Galicia, ¿es que no saben geografía o qué? Responde refunfuñando.
- Verás Melisa, la razón está en que hace algunos años la gran mayoría de españoles que emigraban tanto a Argentina como a otros países eran precisamente de Galicia de ahí que ahora los argentinos nos digan a todos gallegos...
 - Bueno señores, perdonen que les hayamos hecho perder su tiempo pero tenemos que seguir buscando a una mujer y un niño que según nuestras noticias andaban por esta zona. 
- Sabés amigo, tengo una mala noticia para vos, hace un día pillamos a un individuo que intentó robarnos algunas cabezas de ganado y el pibe comentó que lo había hecho para liberar a su mujer e hijo de unos bandidos que  los habían secuestrado y les pedía como rescate 300 cabezas de ganado. Decía estar muy desesperado.
-¿Era un individuo con cara de bobo algo calvo y portaba una mochila roja y verde? le pregunta al jefe de los gauchos el profesor Piedrahita que se teme que Malcoco intente liberarlos para hacerse con los planos de la máquina del tiempo.
- Si, era un tipo algo desgarbado y el muy pelotudo aún quería llevarse el ganado y le dijimos que no, que fuera a pedir ayuda a la policía.
- Bien, pues en ese caso debemos darnos prisas, debe tratarse de Malcoco que quiere liberarlos para robarles los planos.
-¿ Cómo decís amigo, que el pelotudo bobalicón es otro ladrón?Pregunta con curiosidad el gaucho de más edad.
- Si, amigo ese es un científico de medio pelo y le seguimos desde hace tiempo. La mujer y el niño son en realidad la familia de aquí nuestro amigo Ramón y llevan unos documentos importantes de una brillante investigación. De que no los robe ese bobalicón depende la seguridad de más de una nación.
- En ese caso, les acompañarán tres de mis mejores trabajadores. Si llega el caso ellos sabrán manejar la situación y no hay quien les gane manejando las boleadoras.
- Gracias amigo, se lo agradeceremos de por vida.
  Emprenden el camino a dónde según los gauchos los vieron por última vez. Cuando llegan a mitad del camino, Melisa saca una bolsita que le dio su amigo el hechicero indio y esparciendo algo de su contenido empieza un cántico extraño y bastante desafinado y no es por nada con tanto desafino a los oídos hace daño.
     Todos se quedan extrañados ante la espectacular visión una niña dando saltos y cantando con esa estruendosa voz. Melitón no sabe a dónde mirar, pues le ha dado un ataque de risa y no puede parar. Pero de repente las nubes parecen deslizarse rápidamente por el cielo en tonos de azules, grises y moradas y empieza a lloviznar. 
- Ya decía yo que tanto desafinar al final nos tendríamos que mojar- Comenta Melitón escondiéndose de la lluvia bajo la bufanda de Miranda.
    De repente todos tienen una visión, parecen tomar la forma de un águila y ven el suelo desde arriba, es algo extraño y cuando se dan cuenta visualizan una cueva y los bandidos...pero al mismo tiempo visualizan a Malcoco junto a unos bandidos que se dirigen a donde está el ganado. Como no hay tiempo que perder Melisa pide al Búho Ricardo que está algo resfriado y no ha podido visionar nada, que vuele hasta dónde están los gauchos y les avise de la trampa de Malcoco que les quiere robar todo el ganado. Así el Búho Ricardo parte volando como un rayo y ellos siguen avanzando pero Melisa ha sacado un botecito de la bolsa del hechicero y les ha dado a probar a todos su contenido. Dice que esto sirve para tener la fuerza de siete hombres y ver mejor en la oscuridad. Pero como está claro, Melisa para darle mejor sabor le ha echado algo más de potenciador del sabor y así moverse con más facilidad en la oscuridad. Y como es habitual los efectos secundarios no se han hecho esperar, ahora todos hablan en alemán.
    Han llegado hasta un lugar poblado de árboles y una gran montaña, parece la misma que vieron en su visión. Avanzan hasta un pequeño claro y ven a uno de los bandidos que está algo distraído. Hasta él se va aproximando Cuatropelos que hablando alemán señala la entrada a la cueva y al mirar al bandido le ha pillado sorprendido y un buen tortazo le ha metido que hasta cuatro dientes le han salido despedidos.
    Melitón se acerca raudo y veloz contra los otros bandidos y a los dos les da un mordisco y les insulta en alemán, y estos al no ver a nadie, despavoridos se van.
    Mientras, en la inmensa llanura, el búho Ricardo pone a los gauchos en alerta que preparados con sus boleadoras les esperan para darles una buena sorpresa. 
     En la cueva, avanzan nuestros amigos y en mitad del camino ven a dos bandidos dormidos a los que atan con mucha maña y así ya tienen otros dos fuera de combate. Siguen adelante por una larga y estrecha galería y allí Melisa ve a su tía, pero solo está ella no hay rastro de su primo. Les avisa a los demás para que estén bien atentos. Deben distraer a dos de los bandidos para poder llegar hasta su tía.  A Silvestre se le ocurre una idea, coger la bufanda de Miranda y agitarla como si fuera una serpiente, mientras Melitón desata a su tía mordiendo la cuerda con sus dientes. Así lo hacen, agitan la bufanda  los dos bandidos piensan que es una serpiente, allá que van y se encuentran con que dos boleadoras han chocado en sus frentes. Los dos han quedado atontados por el golpe y no ven nada, así aprovechan para atarlos y que no hagan nada. Melitón ha logrado llegar hasta dónde está Elvira y ha empezado a morder la cuerda. Y mientras, esto sucede nuestros amigos vuelven a fijar su objetivo en el jefe de la banda y otro bandido, las boleadoras se enredan en las piernas de estos mequetrefes y ahora ya tienen fuera de combate al jefe. 
  Ya han liberado a Elvira que les cuenta que Malcoco intentó liberarlos, no sabe muy bien porqué, pero le pusieron como prueba que les ayudara para robar unas cabezas de ganado para así lograr su recompensa. Cuatropelos pregunta por Alberto y Elvira  que le sorprende que hable alemán, si apenas aprendió cuatro palabras cuando estudiaban en el Instituto, le dice que no se preocupe, que se pudo salvar y le localizará con un reloj que les permite estar sincronizados, pero que tiene que recargarse con una pila y entonces Cuatropelos abre su reloj y le da la pila a su mujer y esta antes de desaparecer le da un beso y le dice que todo saldrá bien.
     Melisa hace una llamada a la policía que no se entera de lo que le dice y Melitón coge a un bandido y le mira con cara de morderle y este confiesa que es uno de los bandidos en búsqueda y captura y confiesa todas sus fechorías. Llega la policía y se encuentra con todo el tinglado y no se enteran de nada si no es por una agente que lleva una agenda traductora que compró en un bazar chino y logra traducirlo.
    Les llevan hasta dónde están los gauchos y allí se encuentran con los otros bandido, pero parece que Malcoco ha logrado escaparse por poco, eso sí se ha llevado un bolazo de recuerdo en todo el coco. Se van todos invitados a la finca el Alacrán, y allí disfrutan de unos deliciosos panqueques rellenos de dulce de leche aunque sea hablando en alemán. Tan buenos están los panqueques que a Melitón le duele la barriga del atracón, menudo ratón golosón.

Comentarios

  1. Malcoco que hábil que es para escaparse, XD! A ver si algún día le dan caza.

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    1. Si es muy escurridizo, pero siempre se lleva algún que otro coscorrón. De momento su mujer la tenemos en la cárcel, por impostora y secuestradora ..pero ya pillaremos a Malcoco......ya le pillaremos ;)

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  2. Me gustó mucho la historia...

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    1. Me alegro mucho de que así sea, gracias Anónimo espero que sigas divirtiéndote con las aventuras de la bruja Melisa....

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