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Las aventuras de la bruja Melisa. Una aventura en Francia

Torre Eiffel. París (Francia)
   Tras la aventura en Alemania y la captura de Malcoco, nuestros amigos respiran algo más tranquilos. Piensan que ya no existen obstáculos que les impidan rescatar a la tía y al primo de Melisa. Lo que aún no saben es que Malcoco les ha preparado una sorpresa. Sí amigos, antes de viajar a Alemania, avisó a su ayudante de que se pusiera en marcha y le ayudara a robar los documentos de la máquina del tiempo.
    Nuestros amigos están celebrando el cumpleaños de Silvestre. Se han ido todos a la pizzería del padre de Lucía, que les ha preparado una fiesta inolvidable, y como broche final la actuación del grupo de rock "Electrokución", que en las fiestas del barrio ganaron el premio al grupo revelación.
     Al final de la actuación, Melisa escucha el aviso de su móvil, tiene un mensaje. El mensaje es del profesor Piedrahita que les avisa para que vayan cuanto antes al taller  mecánico. Melisa sin perder un minuto a nuestros amigos avisa.
     Todos acuden a la llamada del profesor Piedrahita y allí se encuentran con el profesor, Melitón y con Cuatropelos. 
-¿Qué ocurre profesor?-Pregunta Eugenio.
- Chicos he de contaros una mala noticia.
-¡Porras ya se ha escapado Malcoco! exclama Silvestre.
- No, algo peor. Resulta que Malcoco tiene un ayudante, un tal Antonio Zanahorio.
-Ja, ja, ja por favor qué nombrecito- Interrumpe el ratón Melitón.
- Bueno, pues veréis resulta que el ayudante de Malcoco habría recibido instrucciones de éste días antes de su captura. Y mucho me temo que ande intentando robar los documentos y secuestrar a Elvira y a su hijo. 
- Y ¿tiene usted idea de a dónde nos toca viajar?- Pregunta Miranda.
   En ese momento Melisa se concentra y de la bolsita del hechicero indio saca una ramita de una planta y toca con ella una pequeña esfera que le regaló Galileo y pronuncia unas palabras rarísimas.
- Prikavinioni, prikanisté, salamadié, prikavinonio dónde está Zanahorio.
- Esta chica cada día habla más raro, desde luego no hay quien la entienda, deberían prohibirle la clase de ciencias, desde el accidente me temo que perdió la cabeza- Comenta llevándose sus diminutas manitas a la cabeza el ratón Melitón.
-¡Calla Melitón que mira que eres cabezón! 
-¡Vale me callo!
-Tenemos que viajar a Francia, concretamente a París
-¡Bieeen podremos visitar Disneyland París yujuuuu! comentan casi todos locos de alegría.
- Pues siento desilusionaros, se trata del París de 1889 a un mes de la inauguración de la Exposición Universal- Explica Melisa muy seria.
-En ese caso veremos terminar la Torre Eiffel- Comenta Cuatropelos.
-¡Pues  vayamos a París!
Llegan a París y concretamente lo hacen en un lugar algo apartado, cerca de la orilla del Sena. Hay pintores en las márgenes del río, Melitón que camina mirando a los pintores embobado no se da cuenta y un gato siamés, casi se lo zampa de un bocado.
   Van aproximándose a la Torre Eiffel, allí todo el mundo trabaja a ritmo frenético, dentro de un mes todo tendrá que estar listo para el gran acontecimiento. Lo chicos se fijan como van colocando las estructuras metálicas, y no hacen más que preguntar a Cuatropelos todo lo que se les pasa por la cabeza.
-¿Qué tipo de aleación de hierro utilizarán? pregunta Eugenio.
-Se trata de hierro pudelado.
-¿Cómo van a utilizar un hierro helado? Anda que este Cuatropelos está peor que su sobrina- Se ríe Melitón.
- Melitón, el hierro pudelado es una técnica de refinado, en la que se rebaja el contenido de carbono, hasta casi eliminar el azufre, de manera que el hierro que se obtiene es ya hierro forjado- Explica Cuatropelos a todos que se quedan con la boca abierta.
-Ah vaya metedura de pata la mía.
    Un individuo que les ha escuchado se acerca y le comenta que se llama Gustave Eiffel y que es verdad lo que Cuatropelos les ha explicado y que su Torre será una de las más altas del mundo.
  Como Melitón no puede estarse callado, al final hace uno de sus graciosos comentarios.
- Bueno, ya le ganarán las Torres Petronas, el Empire State..¡Ay qué haces Miranda!- Chilla Melitón al que Miranda le acaba de dar un pescozón.
-¡Psss calla chismoso ¿no ves que esos edificios son de otra época?
- Ay, perdón llevo un día algo raro desde que me tomé las vitaminas que me dio Melisa esta mañana.
-¡Ya decía yo que tanto chismorrear se debía a algo raro!
  Melisa se ríe y se encoge de brazos. Y es que nuestro amigo el ratón Melitón estaba algo flojucho después de estar enfermo con la gripe.
  Al otro lado de la Torre está Elvira, la mujer de Cuatropelos, que les hace señales para que vayan a su encuentro. En ese momento, ven a un individuo, muy delgado y pelirrojo que va algo despistado detrás de uno de los ingenieros, que no ha visto una de las estructuras y del golpe, a punto se queda sin dentadura.
-¡Vaya piñazo que se ha dado el canijo zanahorio!
-¡Melitón!
-¡No puedo evitarlo!
El joven al ver a Elvira se levanta y se dirige algo aturdido hacia dónde se encuentra ella. Pero otro nuevo comentario de Melitón hace que se ponga nervioso y se vaya disimulando hacia otro lado. Pero nuestros amigos, se han fijado en el comportamiento del joven y le preguntan a unos de los ingenieros y este les dice que no le conocen y que ya le han echado del lugar de las obras como tres veces y están esperando a los gendarmes para que les libre de ese mosquito pelirrojo.
- Debe ser Zanahorio, si lo digo yo que es el petardo ese- Asegura Melitón.
- Yo también lo creo- Asiente el profesor Piedrahita.
 De repente, se oye a un individuo gritar y ven al pelirrojo correr con unos papeles en la mano. Y Melitón que ve hacia dónde se dirige, coge el palo de un escobón y con toda sus fuerzas lo lanza asestándole un buen golpe en las narices. El flaco y desgarbado pelirrojo queda algo atontado y del dolor, sin darse cuenta ha perdido los documentos, y suerte la del arquitecto que también llegan los gendarmes en ese momento. Aquello parece una persecución de película, corriendo unos tras otros, solo falta la banda sonora. Melitón está que le duele la barriga de tanto reírse.
 Al final logra escabullirse de los gendarmes y desaparecer delante de sus narices.
 Elvira logra reunirse con su marido, el profesor y los chicos. Les comenta que no se preocupen por los documentos, que los ha puesto a salvo de Malcoco y todos sus secuaces. Lo que le preocupa es poder arreglar la máquina del tiempo de su hijo, pero necesita unas herramientas de relojero, así que nuestros amigos deberán regresar a nuestro tiempo para poder entregarle las herramientas, y de paso averiguar dónde se esconde Antonio Zanahorio.
  Contemplan como va tomando forma la Torre Eiffel y se van a comer algo a algún restaurante del lugar. Gustave Eiffel les invita a comer para agradecer a Melitón su intervención evitando el robo de los planos de la Torre. Durante la comida, les comenta que algunos escritores famosos son sus mayores detractores, monstruo de hierro le llaman a su creación. Melitón que huele un delicioso queso le comenta animadamente:
- No se preocupe Monsieur, ya verá luego cuando su torre sea la más famosa de todo el mundo y se hagan películas y....vale no digo más que tengo hambre.
  Todos se ríen y degustan una exquisita comida y luego se despiden del arquitecto y de todos los ingenieros y claro está, también de Elvira. 


Comentarios

  1. ¡Vaya puntería la de Melitón! Eiffel debía estar alucinando con lo de las torres Petronas y el Empire State jajajja y a rombos se habrá quedado con lo de las películas :)

    Veo que la bruja Melissa está dando mucho de sí. Adelante con ella.

    Besoooosss

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    Respuestas
    1. Ja, ja sí, este Melitón es todo un artista. Si que me está dando de sí, el mayor fan es mi sobrino Jesusin, que suele darme ideas.

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  2. Lo sabía!! Aún encerrado ese Malcoco es un peligro, en la antena de la Torre Eiffel lo habría puesto yo!

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    Respuestas
    1. Encima envía a un secuaz, y además igual de patoso XDD

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