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Las aventuras de la bruja Melisa.Una aventura en Alemania

   Cómo es sábado los chicos han aprovechado para quedar esta tarde a las cinco para ir al cine. No se ponen de acuerdo sobre la película, pero al final gana la peli en la que sale Rihanna. Se llama  Battleship Batalla Naval basada en el videojuego favorito de Eugenio, que está muy contento de salirse con la suya.
    Salen contentos pues las películas de acción son las favoritas de todos ellos. Están tan entusiasmados contando algunos de los momentos más impactantes de la película, cuando de repente reciben la llamada del profesor Piedrahita. Les pide que se dirijan todos al antiguo garaje, en dónde está el minibús del tiempo, mientras tanto el avisará a nuestro amigo Cuatropelos.
      Cuando todos están allí en el garaje ven llegar al profesor Piedrahita, a Cuatropelos y a Don Germán el profesor de alemán.
-¡Hola chicos! tengo que contaros una noticia. Comenta el profesor Piedrahita con cara de cansancio.
-Somos todo oídos profesor. Responde Melisa.
-¿Nos estás llamando orejones? Pregunta Melitón algo indignado por la respuesta de Melisa.
-¡Ay Melitón, no seas quisquilloso es una forma de hablar!
-Bueno chicos os cuento. Nos va a acompañar el profesor Germán Schimdt, que es profesor nativo de alemán.
-¿Eso que significa? pregunta Melitón.
- Pues que es nacido en Alemania y como es natural, al haber nacido en Alemania conoce a la perfección el idioma.
 -¿Por qué vamos a Alemania profesor? Pregunta Eugenio.
- Veréis, resulta que estuve haciendo algunos ajustes en el localizador de Eugenio y de repente se encendió la luz roja en la pestaña del geolocalizador. El geolocalizador me señalaba la localidad alemana de Maguncia y el visor del tiempo se había parado en el año 1450 que es el año de la invención de la imprenta.
-¡Wow profesor, eso significa que nuestro invento funciona! 
-Sí Eugenio, y además que tenemos que localizar a Johannes Gutenberg el inventor de la imprenta antes de que lo haga Malcoco.
 -En ese caso vamos todos a Maguncia. Exclama Cuatropelos indicando a todos que vayan tomando posiciones en el minibús.
   Antes de partir llega el padre de Melisa que al viaje a Alemania se quiere unir. El padre de Melisa, hace mucho tiempo que viene pensando en comprobar si es cierto lo de la máquina del tiempo.
    Al cabo de unos minutos se encuentran en Maguncia, en su plaza principal. Y como hace mucho frío nuestro amigo Melitón le pide a Miranda que le preste una de sus famosas bufandas. 
   El profesor Germán le pregunta a un joven que allí se encuentran y que se queda pasmado mirando a un ratón con bufanda, que no es otro que nuestro amigo Melitón. El joven se llama Peter Schöfer y según el profesor Germán dice trabajar con Johannes Gutenberg.
-¿Son por casualidad ustedes amigos o  familia de Gutenberg? Pregunta algo contrariado el joven.
-No joven, no somos familia. Explica el profesor Germán intentando hacerse entender.
-¿ Cómo siendo forasteros lo conocen? 
- Sería largo y difícil de explicar joven. Debemos avisarle de que un hombre de mediana edad, calvo y con cara de bobo intentará adueñarse de su invento. 
-¿Cómo saben ustedes que estamos trabajando en un invento? Pregunta sorprendido el joven 
-También sabemos que su tío Johan Fust está financiando el invento
- En ese caso les guío rápido a la casa de zum Gutenberg.
  Al llegar a la casa divisan a través de un amplio ventanal a Johannes Gutenberg colocando unos moldes de madera con cada una de las letras del abecedario y las está rellenando con algo que según el padre de Melisa debe ser plomo. Les recuerda que Gutenberg era herrero, por lo tanto era gran conocedor del arte de la fundición y que además trabajó para el obispo de Maguncia.
   Gutenberg les saluda y les pregunta sobre lo que acaba de contarle su socio Peter Schöfer. Se encuentra algo enfurecido pues hace unos minutos escasos ha tenido que echar de su casa a un tipejo con cara de bobo que no hacía más que preguntar.
-¡Vaya no ha perdido el tiempo! Exclama Melitón.
-¿Ha hablado el ratón? Pregunta Gutenberg que había estado apunto de darle con el cepillo de barrer.
- Sí es un ratón muy especial, es amigo nuestro aunque a usted le sorprenda. 
- Vaya antes un pesado y ahora unos chiflados con ratón parlanchín.
- Déjese de insultos amigo, hemos venido a avisarle que ese individuo que ha venido a molestarle le quiere robar su invento. Responde enfurecido Don Germán que no le gusta el carácter del inventor.
 - Hágale caso Johannes, es mucho dinero lo que está en juego y ya sabe que mi tío con eso no quiere líos y habrá que pillar a ese Malcoco.
- Si ese Malbobo osa poner sus pies en mi herrería, juro por todas las letras del abecedario que no le quedará ni un diente sano.
  Salen de la herrería acompañados del joven Peter y el profesor Piedrahita pone en marcha el geolocalizador y aquello al joven Peter le parece cosa de magia nunca ha visto algo tan espeluznante ¿serán brujos estos forasteros? Se pregunta para sus adentros.
-¡Le tengo! Exclama nervioso.
-¿Dónde está? Preguntan todos.
- Está a dos manzanas de aquí.
- Pues allá vamos, a por Malcoco.
-Oiga amigo perdone el atrevimiento, lo que acaba de hacer ¿es magia? Pregunta el joven.
- No hijo, esto es difícil de explicar. Nosotros también somos en cierta forma inventores, y hemos inventado una máquina del tiempo que nos permite viajar de una época a otra. En realidad nosotros somos personas que venimos del futuro, concretamente del año 2012 y esto que ve es tecnología inventada por el hombre. Explica Don Germán.
- ¡Vaya que extraordinario!
- Pero le doy un consejo amigo no cuente nada de esto porque nadie le creería y terminaría sus días recluido en un lugar para locos.
- Cierto amigo, de esto nada se sabrá. 
  Tienen rodeado a Malcoco que anda despistado buscando la forma de hacerse con el invento de Gutenberg, cuando se quiere dar cuenta, nota un golpe en toda la cabeza. Es Melitón con un palo que le dio a Miranda mientras estaban en la herrería. Y del golpe que le ha dado, Malcoco anda mareado. Pero esta vez no se les ha escapado y se lo han llevado capturado y atado, muy bien atado. 
    Se despiden de Johannes Gutenberg que les ha estado agradecido por salvarle su invento. Pero ahora nuestros amigos tienen al enemigo reducido y capturado y solo les queda poder recuperar a Elvira y su hijo.
     Regresan todos con Malcoco atado, que cuando se ha despertado se ha quedado pasmado al ver a Melitón que le vigila por si se quita el cinturón. 
      Al llegar lo entregan a la policía por ladrón, estafador y espía.

Comentarios

  1. No me lo puedo creer, por fin ha caído Malcoco!! Que lo vigilen bien, que de ese tipo no me fió un pelo!

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  2. Haces bien en no fiarte....pero igual hay sorpresa y no escapa o quien sabe....no creo que se escape.

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