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Tu cariño es mi mejor regalo.

  Laura está muy contenta, ayer fue su cumpleaños y su amiga Silvia que no pudo asistir a su fiesta de cumpleaños,  le ha regalado una muñeca preciosa. Acaba de salir del colegio, su abuela la espera como todas las tardes, ella feliz le enseña su nueva muñeca a su abuela. Al llegar a casa Laura se pone a terminar los deberes que no le ha dado tiempo a hacer en el cole. Está deseando que llegue a casa su madre y su hermano Alex.
   Suena la puerta, y la pequeña Laura sale corriendo hacia la puerta con su nueva muñeca.
-¡Mirad qué me ha regalado Silvia! ¿a qué es muy bonita?
- ¡Huy pero qué muñeca más bonita!
 Laura le da un beso a su madre y a su hermano y le enseña su muñeca, pero Alex no la mira. Nunca lo hace. A pesar de eso, Laura no se entristece, porque sabe que Alex no lo hace por fastidiarla, sino porque padece autismo. Hoy ha tenido terapia con su caballo favorito. Desde que comenzó su terapia, Alex está más tranquilo y ha mejorado mucho. 
- Mamá, ¿puedo bajar al parque con mi muñeca un ratito antes de merendar?
- Bueno, pero solo un ratito y luego te subes a merendar ¿vale?
  Laura coge la mano de su abuela y se marchan juntas al parque. Su abuela sonríe feliz al ver sus ojitos llenos de felicidad.
   Llegan al parque dónde le esperan sus amigas, allí su abuela se sienta en un banco junto con las abuelas y las madres de otras niñas que cada tarde y a la misma hora quedan en pasar un rato hablando de sus cosas.
   Al cabo de diez minutos, Laura llega llorando, Julián - el hermano de Patricia- le acaba de romper su hermosa muñeca. Para Laura en ese momento no hay consuelo, y llora como si el corazón le fuese a salir por la boca. Su abuela intenta consolarla y calmarla un poco.
- No llores cariño, vamos a casa a merendar y verás como cuando llegue tu padre te la arregla.
- Pero abuela, si le ha roto las piernas, y ahora no se le pueden poner.
- Verás como sí, lo que pasa es que tu no sabes arreglarla y yo no veo muy bien. Vamos a casa cariño mío y verás como tu padre lo arregla mejor que nosotras.
  Laura con sus ojitos enrojecidos del llanto, se queda muy triste, ahora su muñeca está sin pies y sin brazo. Cuando llega a casa, se echa a llorar como alma en pena, se abraza a su madre y le muestra el desastre. Su madre la abraza muy fuerte y le dice que no se preocupe que cuando llegue su padre de trabajar arreglará su hermosa muñeca.
  Alex, que oye el llanto de su hermana se asoma, pero luego se vuelve a su cuarto y sigue escribiendo. Laura deja su muñeca encima de la mesa del salón y se marcha a la cocina a merendar.
   Termina de merendar y al pasar por el salón, no puede creerlo, abre sus ojitos con cara de sorpresa..¡Su muñeca está arreglada! Da saltos de alegría y sale corriendo al cuarto de Alex. Allí está su hermano dibujando tranquilamente, su hermana le da un beso y él sigue como si nada hubiera pasado.
-¡Gracias por arreglar mi muñeca, te quiero mucho Alex!
 Como si del eco se tratara Alex repite lo mismo que acaba de decir su hermana, y Laura sonríe porque eso significa que el también la quiere mucho, y lo expresa a su manera. 
 Laura orgullosa de su hermano, va a la cocina, con su muñeca y se la muestra a su madre y a su abuela.
- ¡Mamá, abuela, mirad Alex me ha arreglado la muñeca!
 -Vaya pues es verdad- responde alegremente sorprendida su madre.
   Después de cenar, la pequeña Laura se va a su cuarto, y allí encima de su cama hay un dibujo precioso y un pequeño cuento, ella sonríe feliz. Su hermano le ha escrito un cuento y le ha regalado un dibujo como regalo de cumpleaños. Laura se va al cuarto de Alex, y comienza a leerle el cuento que trata de una pequeña princesa que se encuentra presa de un malvado hechicero, y su hermano un gran guerrero vive mil aventuras hasta lograr salvarla de las garras del hechicero. Cuando termina de leerle el cuento, Laura le da un beso a Alex y se despide hasta mañana.
- Gracias hermano, es el mejor regalo que he recibido por mi cumple..
  Tras la puerta, y emocionados por lo que acaban de ver y oír, los padres de Laura y de Alex sonríen de alegría. 
 - ¡Buenas noches Alex, que sueñes con cosas bonitas!
 Antes de que Laura salga de la habitación se oye un susurro, una frase que hace que sus ojitos se llenen de emoción.
- ¡Buenas noches Laura, que sueñes con cosas bonitas!- se oye decir levemente a Alex.
  

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