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El rey avaricioso y el contador de cuentos



   Cuenta la leyenda, que en un país muy, muy lejano vivía un rey inmensamente rico. Tenía muchas riquezas, pero todo aquello que poseía era fruto de los impuestos que debían pagar sus súbditos. Este avaricioso y despiadado rey cada día iba incrementando sus finanzas, y al mismo tiempo iba empobreciendo la hacienda de los ciudadanos que veían como iba desapareciendo el fruto obtenido por su esfuerzo y su trabajo. El descontento iba creciendo entre el pueblo y el rey temiendo que una rebelión se produjese entre el pueblo, ordenó detener a aquellos ciudadanos que habían hecho público su descontento y los mandó encarcelar.
   Al poco tiempo, llegó a palacio su hermano  pequeño, el
príncipe Omar, que había regresado de uno de sus  innumerables viajes comerciales. Omar había hecho una gran fortuna en este último viaje, gracias a su administrador y consejero Yusuf, un contador de cuentos que había conocido en Damasco. Yusuf además era un gran comerciante y mejor administrador.  Omar lo encontró en una de las calles de Damasco desolado por la triste pérdida de su pequeño, al parecer una grave enfermedad se había cebado con su familia y en pocos meses se había quedado sin su padre, su mujer y ahora su pequeño. Omar lo rescató y lo puso en manos de uno de los médicos que le acompañaban. Al cabo de dos semanas Yusuf se había recuperado con éxito, y para no pensar en sus desgracias se dedicó en cuerpo y alma a trabajar para el hombre que le había salvado la vida, la suya y la de lo único que le quedaba en la vida, su hija Nur.
  El rey celoso por el cariño que el pueblo demostraba   hacia su hermano, el príncipe Omar, decidió que su mejor jugada sería desposeerlo de una de sus mejores armas, Yusuf, su consejero. Así pues, decidido a tomar cartas en el asunto, ordenó detener a Yusuf, bajo la acusación de espionaje. Y aunque Omar y su madre, la reina  Amina, hicieron todo lo posible para evitar su detención, lo cierto es que el rey preso de la envidia hizo caso omiso.
  Interrogó día y noche para tener alguna excusa que le sirviera de pretexto ante el pueblo y frente a sus consejeros, y no habiendo nada se le ocurrió una forma de librarse de él. A sus oídos había llegado el rumor de que Yusuf era un excelente contador de historias, así que ordenó traerlo ante su presencia.
-Bien, Yusuf, ha llegado a mis oídos el rumor de que eres un excelente contador de cuentos y que has llegado incluso a ser invitado por grandes reyes y príncipes de todo el mundo.
-Es cierto, mi señor. Mi fama de contador de cuentos me precede allí dónde voy y no es un secreto que he visitado muchos reinos para deleitar a todos cuantos visité con mis historias.
-Vaya, a decir verdad os encuentro algo vanidoso. Yo jamás oí hablar de tal habilidad, si me mentís y me aburrís os cortaré tan ilustre cabeza ¿Qué me decís?
 El príncipe Omar que había intuido las malas artes de su hermano, decidió comparecer ante él y retarle.
-Yo os propongo algo mejor, si Yusuf os aburre con sus historias tendréis mi renuncia al trono y mi destierro junto con todo mi séquito. Pero por cada cuento que os entretenga deberéis pagar una importante suma de dinero, así hasta dejaros sin una sola moneda y  cuando esto suceda haréis pública vuestra renuncia al trono.
-¿Tan seguro estáis de vuestro mercachifle hermano?
-Tan seguro estoy que mi futuro pongo en sus manos.
-Bien, hermanito acepto vuestro reto. Que vuestro charlatán empiece ahora mismo a contar  esas.....famosas historias.
  Yusuf se acomodó al lado del rey y empezó a contar un corto, pero divertidísimo cuento de dos piratas en busca de un tesoro escondido en una cueva custodiada por una serpiente de siete cabezas. El rey al terminar el cuento se queda con ganas de más historias, pero antes debe pagar la suma acordada. Así que da la señal a su tesorero para que haga efectivo el pago a su hermano Omar.
-¡Proseguid con otra historia! 
  Yusuf mira de soslayo al príncipe Omar, quien le hace una señal para que prosiga con otra historia. La siguiente historia trata de un guerrero oriental que ha de enfrentarse a un malvado hechicero que trata de conquistar el palacio del rey Xiam, para ello habrá de luchar con innumerables monstruos, entre ellos un gigante enorme con la fuerza de treinta hombres. Cuando termina la historia el rey sigue queriendo escuchar más historias, incluso se muestra entusiasmado con cada historia que Yusuf va desgranando poco a poco. Es tarde y el rey tiene sueño, así que emplaza a Yusuf y su hermano Omar para que al primer rayo de sol, estén listos para seguir con el reto.
  Comienza a amanecer y Yusuf se prepara para el día que le espera, antes intenta reponer fuerzas mientras su hija Nur, le anima para seguir adelante con tan importante misión.
   Ya están todos ante el rey, quien se ha levantado de mejor humor. Tanto que hasta la guardia real está sorprendida, siempre se levanta de mal humor y con quejas hasta por el más mínimo detalle.
-Bien, Yusuf, estoy intrigado por saber si seréis capaz de seguir contando tan interesantes historias. Espero gustoso oír lo que tenéis preparado para contar hoy.
-Alteza, cuando gustéis, comenzaré mi relato.
-En ese caso, y viendo que ya estáis preparado, comenzad con la narración.
 Yusuf esta mañana ha comenzado con una historia de un inventor, que pretende construir un artilugio que le permita volar como las aves, pero cuando está a punto de conseguirlo, un espía que trabaja para un general que quiere conquistar todas las tierras que sea posible, se apodera de él. Pero como el inventor no ha podido comprobar si funciona, los soldados que hacen uso del artilugio se estrellan contra un campo de zarzas. Al terminar el relato, el rey está riéndose de lo lindo al imaginar todo el ejército del general llenos de espinas...
  Ha pasado una semana y el rey ha visto como ha ido disminuyendo sus riquezas, y mientras esto sucedía, Omar iba devolviendo lo recaudado injustamente al pueblo. Al mismo tiempo, el rey había ido cambiando de carácter, se encontraba más alegre y trataba mejor a sus súbditos, tanto que algunos se pensaban que era un gemelo y que el verdadero estaría de viaje.
  Cuando ya no le quedó una sola moneda, el rey gustosamente renunció al trono e hizo convocar a todo el pueblo ante la plaza mayor, para nombrar como rey a su hermano Omar. Ante todos renunció al trono y reconoció haber sido un rey injusto, cruel, avaricioso y envidioso. Pidió perdón a todos a cuantos encarceló injustamente y les restituyó sus bienes.  Omar, el nuevo rey, ante este inmenso cambio decidió concederle un palacete en la ciudad, pero Rashid- que así se llamaba- lo rechazó diciendo que no era merecedor de tal regalo y que se conformaba con una casa y unas tierras para trabajar y que sería inmensamente feliz si de vez en cuando le invitaran a asistir los lunes a palacio para oír algunas de las maravillosas historias de Yusuf. Ante esta petición, Omar y Yusuf acordaron que los lunes por la tarde se reunirían para pasar una parte del tiempo escuchando alguna de las historias de Yusuf.
   Omar extrañado por el cambio actitud de su hermano Rashid, le preguntó el motivo de tan repentino cambio. Rashid le contestó, que había pasado tanto tiempo acumulando riquezas, que ya se había vuelto insensible a todo, no tenía ilusión por nada, pero sobre todo se sentía inmensamente infeliz...Con las historias de Yusuf, había recobrado la ilusión, las ganas de conocer nuevas culturas, nuevos lugares...Yusuf le había devuelto a la vida, antes era un ser gris, amargado y cruel y por más riqueza que acumulaba no era feliz. Ahora lo veía todo de otra forma, se sentía con ganas de hablar con todo el mundo, de reír, si se le había olvidado como era eso de reír y se sentía inmensamente feliz, y esa felicidad que ahora disfrutaba no la otorga ni todo el oro del mundo.





Comentarios

  1. Pues vamos a mandarle a Yusuf a Rajoy a ver si comienza a devolver algo de lo que es nuestro. Y lo mejor se conforma solo con una casita en el campo. Si da resultado lo vamos mandando a todos los políticos, uno por uno.

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    1. Pues no es mala idea..se lo diré XD...Eso sí, por si acaso le haremos un contrato con una sustanciosa clásula de rescisión como a los futbolistas por si trata de ficharlo la competencia XD

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