Cruzó
valles, ríos, y montañas buscando a alguien que le dijese cómo llegar hasta ese
mundo que tanto ansiaba conocer. Preguntó a elfos, gnomos y a otras hadas que
iba encontrando a su paso; más ninguno de ellos supo darle cuenta del paradero
de ese misterioso y desconocido mundo, pero todos sin excepción se atrevían a
advertirla de sus innumerables peligros de los que habían oído hablar.
Cuando
ya creía que nunca encontraría la puerta que le permitiese pasar al otro mundo,
llegó a un valle en el que había un hermoso lago y, abatida por el desánimo,
bajó de su hermoso corcel y se encaminó hacía la orilla del lago. Un nenúfar de
color rojo brillaba con fuerza, una luz fuerte salió de su interior y una voz
le gritó con fuerza.
-¡Detente, no seas insensata!- resonó en todo el valle. Era Xochitl, el hada que habitaba el lago. Sus ojos de un azul cristalino, brillaron con intensidad, su mirada se clavó en la mirada de Sybilla como si lo hiciesen miles agujas de hielo, asustada retrocedió. Xochitl era considerada como un hada mayor, y su belleza era conocida en todos los rincones de Fantasía. Su larga cabellera de color castaño estaba adornado con nenúfares de colores. Sybilla sintió como si leyera su mente, como si Xochitl hubiera adivinado su intención de acabar con su vida. Avergonzada, bajó su mirada y solo pudo susurrar algo casi inaudible, salvo para Xochitl.
-Jamás llegaré al otro lado-suspiró Sybilla decepcionada.
-¿No serás otra ingenua que quiere viajar al mundo real?-preguntó Xochitl a pesar de que ya intuía que ese era el propósito de Sybilla.
-Siento decepcionarte, soy otra ilusa más-respondió Sybilla con tristeza.
-Si tanto lo deseas puedo ayudarte-propuso Xochitl.
La expresión de Sybilla cambió, sus ojos brillaron de alegría. Sería cierto, sería verdad que el hada del lago la ayudaría o sería una trampa. No estaba segura de nada.
-Te ayudaré, pero recuerda que sólo podrás volver la noche de San Juan, si no lo haces quedarás atrapada para siempre en el mundo real y perderás tu condición de hada y con ello todos tus poderes- advirtió el hada del lago, mientras ordenaba a unas pixies que le colocaran un hermoso collar con hermosas piedras preciosas. En el centro, el collar llevaba engarzado un hermoso zafiro. Xochitl le explicó que si alguna vez se encontraba en peligro solo tenía que impregnar la piedra con una lágrima.
-Gracias Xochitl, lo tendré en cuenta.
-Recuerda siempre que eres un ser de un mundo imaginario, y que en el mundo real hay innumerables peligros que desconocemos.Ten en cuenta que si eres descubierta, en el peor de los casos encontrarías la muerte. Pero si deciden dejarte con vida, tu suerte puede ser tan terrible que desearás la muerte antes de sufrir sus temibles tormentos- advirtió Xochitl.
-Seré extremadamente prudente y seguiré tus consejos-prometió Sybilla. Subió a su corcel y emprendió el camino señalado por Xochitl, y tras pasar el valle del lago de los Siete Deseos, llegó a la cascada de las Almas Perdidas. Tras la cascada, encontró una gruta oscura y húmeda, se adentró y solo halló oscuridad. Sintió miedo, pero siguió avanzando con su caballo que también estaba algo inquieto. Tras avanzar unos metros, vio una luz y avanzó hasta ella. La luz cada vez se hacía más fuerte, sintió que el aire acariciaba su rostro y un agradable olor llegaba hasta ella. Y allí ante sus ojos apareció un hermoso paisaje, era distinto a cuanto había imaginado. Cerró los ojos y aspiró el aroma de las flores y se sintió feliz.
Continuará.....
-¡Detente, no seas insensata!- resonó en todo el valle. Era Xochitl, el hada que habitaba el lago. Sus ojos de un azul cristalino, brillaron con intensidad, su mirada se clavó en la mirada de Sybilla como si lo hiciesen miles agujas de hielo, asustada retrocedió. Xochitl era considerada como un hada mayor, y su belleza era conocida en todos los rincones de Fantasía. Su larga cabellera de color castaño estaba adornado con nenúfares de colores. Sybilla sintió como si leyera su mente, como si Xochitl hubiera adivinado su intención de acabar con su vida. Avergonzada, bajó su mirada y solo pudo susurrar algo casi inaudible, salvo para Xochitl.
-Jamás llegaré al otro lado-suspiró Sybilla decepcionada.
-¿No serás otra ingenua que quiere viajar al mundo real?-preguntó Xochitl a pesar de que ya intuía que ese era el propósito de Sybilla.
-Siento decepcionarte, soy otra ilusa más-respondió Sybilla con tristeza.
-Si tanto lo deseas puedo ayudarte-propuso Xochitl.
La expresión de Sybilla cambió, sus ojos brillaron de alegría. Sería cierto, sería verdad que el hada del lago la ayudaría o sería una trampa. No estaba segura de nada.
-Te ayudaré, pero recuerda que sólo podrás volver la noche de San Juan, si no lo haces quedarás atrapada para siempre en el mundo real y perderás tu condición de hada y con ello todos tus poderes- advirtió el hada del lago, mientras ordenaba a unas pixies que le colocaran un hermoso collar con hermosas piedras preciosas. En el centro, el collar llevaba engarzado un hermoso zafiro. Xochitl le explicó que si alguna vez se encontraba en peligro solo tenía que impregnar la piedra con una lágrima.
-Gracias Xochitl, lo tendré en cuenta.
-Recuerda siempre que eres un ser de un mundo imaginario, y que en el mundo real hay innumerables peligros que desconocemos.Ten en cuenta que si eres descubierta, en el peor de los casos encontrarías la muerte. Pero si deciden dejarte con vida, tu suerte puede ser tan terrible que desearás la muerte antes de sufrir sus temibles tormentos- advirtió Xochitl.
-Seré extremadamente prudente y seguiré tus consejos-prometió Sybilla. Subió a su corcel y emprendió el camino señalado por Xochitl, y tras pasar el valle del lago de los Siete Deseos, llegó a la cascada de las Almas Perdidas. Tras la cascada, encontró una gruta oscura y húmeda, se adentró y solo halló oscuridad. Sintió miedo, pero siguió avanzando con su caballo que también estaba algo inquieto. Tras avanzar unos metros, vio una luz y avanzó hasta ella. La luz cada vez se hacía más fuerte, sintió que el aire acariciaba su rostro y un agradable olor llegaba hasta ella. Y allí ante sus ojos apareció un hermoso paisaje, era distinto a cuanto había imaginado. Cerró los ojos y aspiró el aroma de las flores y se sintió feliz.
Continuará.....
Realmente es difícil de entender que alguien esté tan empeñado en venir a "nuestro mundo". Esto no puede deberse más que a la ignorancia mas absoluta.
ResponderEliminar;P
Si desde luego, no sabe lo que la espera. Menudo chasco se va a llevar ;)
ResponderEliminarCreo que nuestro mundo ,tambien es IMAGINARIO, depende del color de nuestros pensamientos ,el color de la realidad que creamos . Seamos compasivos con nosotros mismos y vivamos con valentia ,la maravillosa aventura de Ser Humanos. No subestimemos el interes de estos Seres Magicos.
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