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El hada Sybilla y su viaje al mundo real III parte.

   Daniel va a buscar a su hermana, la encuentra con la joven dama en la fuente de la plaza mayor. Sybilla está limpiando de barro la cara y las manos de Adriana. Adriana intenta hablar, pero no lo consigue. Sus ojos se llenan de lágrimas de agradecimiento y en un gesto impulsivo se abraza a Sybilla con todas sus fuerzas. Al hacerlo, Sybilla siente un cariño inmenso por la niña, Clyssa le hace un gesto a Sybilla para comunicarle que Adriana no puede hablar. En ese instante aparece Daniel.
-¡Gracias al cielo que te encuentro!- exclama Daniel mientras lanza un suspiro de alivio. Al verla en tal estado, se echa las manos a la cabeza.
-¿Pero quién te ha hecho eso?
- Han sido sus compañeros de colegio, pero no te preocupes la maestra de Adriana ha impuesto un severo castigo a los autores de semejante burla- contesta Sybilla sin dejar de limpiar el vestido de Adriana.
-Perdón, creo que no me he presentado. Mi nombre es Daniel y soy el hermano de Adriana.
- Mi nombre es Sybilla, encantada de conocerte Daniel.
Daniel se lleva a Adriana a casa. Sybilla le pregunta si hay algún lugar dónde hospedarse, está cansada y desea comer algo y descansar. Adriana mira a Daniel y coge su pizarra y escribe algo que muestra a su hermano.
- Mi hermana y yo os invitamos a comer algo en nuestra casa, si mi tía Griselda no tiene inconveniente
- No quiero ser ninguna molestia para vuestra tía.
- Después de lo que habéis hecho por mi hermana no creo que ponga ninguna objeción- replica Daniel.
- Bueno en ese caso acepto- al mismo tiempo coge de la mano a Adriana y la eleva para montarla en su corcel blanco.
 Al llegar a la granja, Griselda sale al encuentro de la pequeña. Griselda es la hermana mayor de la madre de Daniel y Adriana y, desde que pasó aquel lamentable accidente, que  los dejara huérfanos, ella los cuida con todo el cariño que una madre puede dar a sus hijos. Agradecida con Sybilla, no ceja en insistir que se quede unos días en la granja con ellos. Al menos hasta que emprenda de nuevo el viaje. Sybilla acepta.
   En la rebotica del pueblo, un extraño objeto brilla con un rojo intenso, y al instante una voz de mujer se oye en la pequeña estancia.
- ¡Vigilad a Sybilla hasta que llegue el día en que podamos traspasar el portal entre los dos mundos!
-¿Cuándo llegará el ansiado día mi reina?- responde un el boticario. 
- El primer día del mes siguiente, la noche en que todos festejen el día de los muertos, el portal se abrirá y todas las criaturas de las tierras del Abismo Insondable...¡conquistaremos el muuuundo!
- Haremos todo lo que nos digas reina Nasteala-responde un segundo individuo.
-Debéis hacer que Sybilla sea acusada de brujería, así podremos atraer a su hermana y la venganza será completa- responde Nasteala mientras emite una sonora carcajada.
- Yo me encargaré de que así sea- responde un tercero. 
   Los días transcurren con rapidez, Sybilla se ha encariñado con la pequeña Adriana, también con Daniel a quien le une una especial amistad. Se acerca la fecha de Halloween y Adriana está feliz porque Sybilla le ha confeccionado un disfraz muy especial; un disfraz de hada. Está tan nerviosa que no para de brincar de un lado a otro. Clyssa le comenta a Sybilla que quizás algún día pueda recuperar el habla, y que solo lo logrará cuando tenga confianza en sí misma y se enfrente a sus miedos. Mientras, Clyssa habla con Sybilla en su cuarto alguien observa el momento oportuno para entrar en acción. Clyssa, como siempre, revolotea desplegando destellos de colores. Adriana entra en el cuarto como cada noche para despedirse de las dos. Nadie en la granja conoce de la existencia de Clyssa.....nadie salvo Adriana. Ella es feliz viendo revolotear a Clyssa y cada noche le pide que le cuente un cuento de hadas antes de dormir. Lo que no sospechan es que algo malévolo se cierne sobre ellas. De súbito, la puerta se abre y su tío al ver a la pixie comienza a gritar.
-¡Es una brujaaa!!!- grita con todas sus fuerzas.
-No, yo no soy una bruja- se defiende Sybilla.
-¿Pero qué ocurre tío?- pregunta Daniel.
- ¿Qué gritos son esos, qué ocurre?-pregunta Griselda asustada por el escándalo.
- Es una maldita bruja, intenta hechizar a nuestra Adriana y quién sabe si no ha hechizado ya a Daniel.
-¿Pero qué tonterías son esas?- replica algo molesto Daniel.
- Mira este frasco, he capturado a una criatura muy extraña que hablaba con ella- responde  mientras muestra a Clyssa que está enclaustrada en un frasco de gran tamaño. Tiene cara de fastidio, quiso hacer algo para que no gritara el tío de Adriana pero fue inútil. La capturó como si de un saltamontes se tratase. 
- Así que era eso, eres una maldita bruja con aspecto de niña buena, ¿pero cómo pude creer en ti?- responde con gesto enfadado y decepcionado por el descubrimiento.
-¡Daniel, espera por favor!- le ruega Sybilla sollozando amargamente. No soy una bruja, debes creerme.
-¿Ah sí, y esa especie de ninfa o lo que sea qué me dices?- responde.
- Es Clyssa, una pixie. Yo en realidad soy..... una hada.
Por mucho que intenta razonar, no consigue convencer ni a Daniel, ni a su tía Griselda. Solo la pequeña cree en ella, pero no puede hablar. 
 La han encerrado en un calabozo de pequeñas dimensiones, donde la humedad reina a sus anchas y la luz tiene miedo de entrar. Al fondo del pasillo, tres hombres ríen con gran júbilo. Han cumplido su promesa. Ahora habrá que esperar a mañana, cuando llegue la noche el portal se abrirá y las criaturas del Abismo Insondable podrán pasar a este lado, ellos a cambio recibirán su recompensa. 
   En la granja hay una persona que llora desconsoladamente en su habitación. No entiende por qué se han llevado a su única y verdadera amiga. No ha hecho nada malo, piensa Adriana. Son todos unos mentirosos, si ella tuviese el valor de hablar contaría todo lo que sabe....pero tiene miedo.
   Llega la noche de Halloween, Griselda intenta convencer a Adriana para que se vista de otra cosa, pero ella no tiene ánimos para salir a ningún sitio. Se encierra en su cuarto y se pone el vestido de hada que le regaló Sybilla. 
    Daniel, en su cuarto, no para de darle vueltas al asunto. Por un lado, su corazón le dice que Sybilla no es mala, ni bruja; por otro, su mente es un caos total gracias a la influencia de su tío, el boticario y el alcalde. 
     Hay una fuerte tormenta, las nubes tienen un aspecto fantasmagóricos, los rayos tienen un color fuera de lo común, son de un color rojizo aterrador. Empieza a llover, el viento también se apunta a la diversión. Da miedo salir a la calle. Nasteala ha convocado a todas sus criaturas.
    En el frasco de cristal, Clyssa da dos vueltas a una esmeralda engarzada en un anillo muy especial. El anillo emite una luz verde algo débil, Clyssa hace todo lo posible por contactar con Nique, la reina de las hadas, y contarle todo lo sucedido. Al otro extremo del edificio, Sybilla llora amargamente, y recuerda lo que le dijo Xochitl, e impregna con sus lágrimas el hermoso zafiro de su collar.
  En algún lugar, un ejército de seres monstruosos comienzan a entrar al mundo real, las gentes que encuentran a su paso huyen despavoridas ante semejante espectáculo. El caos y el terror se apodera de ciudades y pueblos, Nasteala ríe victoriosa....al menos de momento.
  En Fantasía hay verdadera conmoción. Nique ha convocado a sus mejores guerreros, deben rescatar a Sybilla y a Clyssa. Todos se preparan con rapidez, no pueden dejar nada al azar, Nasteala es una enemiga muy poderosa...
 Continuará..
     

Comentarios

  1. que paso con la parte cuatro de esta historia no la encuentro me preguntaba si va a continuar o ahi se acabo la inspiración de la escritora por fa terminen la historia.

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  2. No no se ha terminado la historia, es que no he podido hacerla por falta de tiempo, pero pronto estará la próxima entrega... ;)

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