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Mostrando entradas de enero, 2012

El fantasma de los ojos azules

  Esto son un inglés, un francés y un español. Llega el inglés a un hotel, cansado de buscar por toda la ciudad habitación en la que alojarse.  - Buenas noches  ¿tienen ustedes habitación libre please? - Claro que sí caballero, precisamente nos queda una libre en la primera planta. - ¡Oh very good! me la quedo. - Pero hay un inconveniente que debe usted saber. -¿Cuál es? - Que en esa habitación a las doce de la noche suele hacer aparición el fantasma de los ojos azules. - Jajaj a jaja  fantasmas a mí, pero si los fantasmas no existen my friend. - Pues tenga usted la llave de su habitación, es la número 27. - Ok.    Sube el inglés a la habitación y después de una relajante ducha se coloca su pijama y se pone a dormir plácidamente.     A las doce suenan las campanas de la cercana catedral...dong, dong ... así hasta doce campanadas. De repente suena la puerta ñegggg. Y oye una voz fantasmagórica. - ¡Sooooy el fantaasmaa de los ooojos azuuuuules!  El inglés que lo oye, pega un salto y se t

Las aventuras de la bruja Melisa. Una aventura en Pisa.

Melisa y sus amigos están consultando en el libro mágico el hechizo para buscar personas. Todos se concentran y formulan las palabras mágicas con mucho cuidado y al cabo del rato, tienen una visión muy precisa, han visto a su tía Elvira visitando la ciudad de Pisa.    Melisa avisa a Melitón que anda algo acatarrado y se está tomando un jarabe que nuestra amiga ha preparado, pero aunque está mejor de su resfriado, vuelve a tener algo de sordera y así de nada se entera. - ¡ Melitón vengaaa que nos vamos a Pisaa! - ¡Noo ahora no tengo ganas de comer pizzaa!  - Qué dices de pizza, nos vamos a la ciudad italiana de Pisa, la de la torre inclinada. -¡ No tampoco me gusta el gofre de nata! -¡Uf está más sordo que una tapia! -¿Gordo yo? pero mira qué tipito tengo, qué me vais a llamar gordo a mí, pues vaya niños más maleducados.  -Bueno, pues vamos a llamar a mi tío y nos ponemos en camino. - ¿Qué no oigo un comino? pero si oigo estupendamente.  Nuestra amiga Melisa ha cog

Chiste de clase de Historia

    En la clase de historia el profesor acaba de terminar de explicar el descubrimiento de América y como no dejan de alborotar, les comenta enfadado: - Como veo que ya os lo sabéis todo mañana os preguntaré sobre la lección de hoy!  Al día siguiente, el profesor empieza a preguntar: - Vamos a ver, Javier Gómez dígame quién descubrió América. -¡Cristóbal Colón! - Bien. Mira la lista y vuelve a preguntar. - ¡Luisa Ruiz! - ¡Sí, profesor! - ¿ Cuál es la fecha del descubrimiento de América? - El doce de octubre de mil cuatrocientos noventa y dos. -¡Muy bien!    Se fija en Jaimito que anda como siempre distraído y se dirige a él. - ¡Jaime Martínez! - ¡Presente! -Dígame los nombres de los barcos que viajaron en la expedición.  Jaimito se queda mirando a la pared muy pensativo. - Puuueeeesss eeestooo, espere profesor que casi lo tengo. - ¡Martínez que no tenemos todo el día! - Sí lo sé, me lo he estudiado profe, pero ahora no se me viene a la cabeza, pero espere que si me lo

La tejedora

Teje que teje, la tejedora, teje su tela en la pasiflora. Teje que teje,  teje  la araña, teje su tela con mucha maña. Una abejita muy pequeñita con sus alitas en la tela queda atrapada. Un saltamontes  del Piamonte, con un gran salto rompe la tela, y nuestra amiguita la abejita, en libertad mueve sus alas. Autora: Isabel Barrado Pablos

Las aventuras de la bruja Melisa. Una aventura en el lejano Oeste

Campamento indio      Melisa se ha levantado temprano y con su familia  ha desayunado. Su tía Elvira está muy nerviosa, a la tarde tiene una entrevista de trabajo, para un puesto  de comentarista en una revista famosa. Tiene un grave problema y es que dice muchas palabrotas cuando está nerviosa y eso le puede suponer que la entrevista de trabajo no salga bien. Necesita ese trabajo a toda costa, así que Melisa sube a su cuarto para ver lo que dice el Libro de su abuela y allí ha encontrado un hechizo a base de infusión de tila, azahar y esencia de rosas. Melisa lo prepara y realiza un conjuro muy especial. - ¡Galamin, galatiz que si intentas decir una palabrota te pique la nariz! Después de realizar el conjuro, la niña vierte la infusión en una taza y se acerca a la cocina dónde se encuentran su tía y su madre.  -Toma tita esto es una infusión que he realizado para ti, espero que te relaje y que consigas ese puesto de trabajo, y si ves que te pica la nariz es señal de que debes calla

La Pirámide Roja de Rick Riordan

     Hola chicos os voy a recomendar un libro interesante, en él que se narran las aventuras de dos hermanos, hijos de un prestigioso arqueólogo el Dr. Kane, que sin querer ha liberado al Dios Set. Pero nuestros amigos tendrán que resolver numerosos desafíos y enfrentarse a momias, dioses, magos y .....Hasta aquí puedo llegar. Lo más importante es que vosotros lo descubráis y viajéis a través de las aventuras de los hermanos Carter y Sadie por Egipto. No os decepcionará. El libro promete estar interesante.

Las aventuras de la bruja Melisa. Aventura en China.

Abanico chino con la cara de cuatro pelos dibujado por Jesús Barrado López   Melisa y Silvestre están muy contentos por lo bien que funciona su máquina del tiempo. Han decidido que antes de cenar emprenderán otra nueva aventura, esta vez en la China o en cualquier otro lugar.    Melisa le ha comentado a Silvestre si puede llevar al viaje algún invitado. Silvestre ha accedido  quiere presumir de inventor, así que  está limpiando un poco el maravilloso tractor. Melisa ha elegido como invitada a su amiga Miranda, aquella que le gustaba estrenar cada día una nueva bufanda.  También se ha apuntado al viaje el búho Ricardo, que quiere comprobar si la máquina funciona y a la China viajar.    Cuatro pelos " el fisgón" está espiando, y no puede evitar que le pique la curiosidad. Así que ha decidido que el también quiere viajar. Para ello ha ideado ocultarse antes de que los niños se reunan en el jardín, y acaba de taparse con una manta negra otra vez en el maletero de atrá

Las aventuras de la bruja Melisa. Una aventura en Irlanda

Coloreado por Jesús Barrado López       Esta mañana Melisa se ha levantado con muy buen humor, después del episodio de China se encuentra que sabe mucho más de historia, que lo que antes sabía y sabe más cosas de su vecino cuatro pelos. Al salir al jardín ha visto a cuatro pelos hablando con su padre, casi siempre lo hacen pero nunca antes tenía curiosidad por la vida de cuatro pelos. ¿Me habré convertido yo también en fisgona?..se pregunta Melisa que se acerca hacia la tapia del jardín a toda prisa.    Escucha atenta la conversación y no puede creerse el notición. Cuatro pelos no es otro que su tío Ramón. Se entera que su tía Elisa y su primo Ricardo desaparecieron hace un año. Su tía Elisa es una eminente científica que trabajaba en Nueva York, en un proyecto sobre el traslado de la materia.  Ricardo había construido otra máquina similar pero más pequeña y la acopló a su mochila para  enseñársela  a su profesora de ciencias Doña Priscila.  Una tarde en uno de sus ensayos algo ter

Las aventuras de la bruja Melisa. Construyendo un minibús del tiempo.

Taller de Don Augusto      Eugenio, el genio, ha tenido una idea brillante, ha pensado que si tienen más máquinas del tiempo podrán invitar a más amigos para buscar a la familia de Cuatropelos, y así ganar más tiempo. Se lo ha comentado a Melisa y Silvestre y están totalmente de acuerdo. Para ello han montado su cuartel general en un taller que fue hasta hace poco del abuelo de Eugenio, Don Augusto Rodríguez Carvajal. Don Augusto les ha prestado algo de ayuda, pues él está entusiasmado con todo lo que tiene que ver con la mecánica y ha quedado fascinado con el tractor que le han enseñado.     El taller parece ahora un instituto, todos los chicos del barrio están mano a mano construyendo las máquinas de reciclaje para hacer la estructura de un minibús que se convertirá en la segunda máquina del tiempo. Melitón va dando órdenes al resto del equipo, y a Melisa de la risa le acaba de dar hipo. Silvestre se ha pintado con algo de grasa y un mejunje verde y un buen susto le ha dado

Las aventuras de la bruja Melisa. Una aventura prehistórica.

Melisa se ha levantado muy temprano, está ansiosa por probar la máquina del tiempo, y viajar a algún lugar de cuento. Llama al ratón Melitón, que está durmiendo felizmente en su rincón. Pero Melitón sigue felizmente durmiendo,  Melisa anoche preparando uno de sus ungüentos provocó una pequeña explosión y ahora Melitón no oye un pimiento.    De camino a la casa de Silvestre, Melisa tiene la sensación que alguien la sigue y la vigila, pero por más que mira no ve a nadie....¿Serán imaginaciones mías? piensa mientras camina.   Cuando llega a casa de su amigo, este la espera ya impaciente tiene ganas de probar ese maravilloso artefacto que los dos han construido. Verás este trimestre el premio de invención será para nosotros y mi primo se quedará llorando de morros. - ¡Melisa ya tengo todo preparado para la prueba, ven corriendo! - ¡Qué nervios!  -Bien, vamos a prepararlo todo. -Melitón, programa el viaje para ir a una fecha en la que ocurriera algo extraordinario. - ¡Cóm

Las aventuras de la bruja Melisa. La máquina del tiempo.

dibujado por Juan Miguel Barrado López  Silvestre y nuestra amiga Melisa han quedado en reunirse muy temprano, para empezar  a trabajar en la máquina del tiempo. El ratón Melitón que  tiene los planos de construcción está algo nervioso pues acaba de divisar a dos gatos hambrientos, y despavorido se ha escondido en un rinconcito para no servirles de manjar exquisito.    En el jardín de Silvestre, al lado del garaje, están los dos reparando el viejo tractor del abuelo, y que con tanto martillazo, a Melisa se le ha escapado y a "Cuatropelos el fisgón" en la calva le ha golpeado.    Entusiasmados están con la reparación del tractor, Silvestre ha decidido incorporarle un pequeño pero potente ordenador. Han recubierto el techo con un cristal antibalas muy especial  que aproveche la luz solar. Y dentro del tractor han colocado otro superordenador, para controlar las horas y el año al que han de viajar, pues no quieren que nada les pueda fallar.     El abuelo Martín, que a